Dilman Dila: ciencia ficción y compromiso
Hace poco menos de dos meses, Sonia Fernández pintaba en esta misma sección un completo escaparate (en dos entregas) de lo que llamaba “terror sobrenatural” o “ficción especulativa” en las literaturas africanas y mencionaba algunos de los ejemplos de subgéneros que van desde la ciencia ficción hasta los relatos terroríficos, incluyendo la literatura de zombis u otras figuras propias de algunas culturas del continente como los abiku o los ogbanje. Un buen ejemplo de estos géneros especulativos es el ugandés Dilman Dila que nos sirve de excusa ideal para retomar el tema y para hablar de su obra más conocida, A Killing in the Sun. Se trata de una antología de relatos cortos que representa, casi, un catálogo de todas las opciones que permite ese género abigarrado de la ficción especulativa.
Publicado hace poco más de un año, el libro, igual que el autor, se ha ido haciendo un hueco en el panorama literario africano. Se han desempolvado y puesto en valor viejas historias, se han publicado antologías y se han celebrado festivales. Todo para reivindicar que los autores africanos tienen todo el derecho del mundo a escribir ciencia ficción y para recordar que la tradición oral de la que beben, a menudo, está llena de figuras sobrenaturales y de escenarios con un genuino sabor a relato terrorífico.
No hace demasiado, el propio Dilman escribía en su web un alegato a favor de este género con el que trataba de sacudir todos los estereotipos acerca de lo que se supone que tienen que tener las literaturas africanas. El autor acuña el término AfroSFF para referirse a estas obras y se queja de que la reacción en Occidente (a la que él mismo se ha tenido que enfrentar) ante un libro de este tipo que consiste simplemente en descalificarlo como imitación. Las armas fantásticas son imitaciones, los superhéroes son imitaciones, los alienígenas son imitaciones para los que él considera “detractores miopes”.
Dilman Dila afirma que “las historias humanas siempre han sido historias especulativas” y recuerda algunas historias de la tradición oral acholi en la que aparece la creación de armas fantásticas y relatos baganda en los que aparecen superhéroes con poderes sobrenaturales. De la misma manera hace referencia a las tradiciones de algunos pueblos africanos, como los dogones, que parece que hablan de un origen alienígena de la etnia, aunque quizá no se formule así explícitamente.
A Killing in the Sun es la particular manera que Dila tiene de revisitar esa tradición. Entre los relatos hay magia y fantasmas, hay reencarnaciones y muertos vivientes. Hay mutaciones genéticas de seres vivos y experimentos que cambian la forma de vivir de las personas. Y hay también extraterrestres, por ejemplo. Todos los elementos que puedan ayudar a generar una atmósfera terrorífica y espeluznante le sirven a este joven ugandés para recrear sus relatos.
La antología, una buena muestra del trabajo de Diman Dila, responde a algunas de las inquietudes del autor. Por un lado, la de alimentarse de su propia tradición, de su propio bagaje, como hace cualquier escritor. En su confesión sobre la AfroSFF, Dilma asegura que creció entre esos relatos tradicionales que subliman lo sobrenatural y las leyendas urbanas de una modernidad ugandesa y que no tuvo contacto con las historias occidentales más populares hasta que no hubo sido mayor. Y menciona una situación interesante, se había criado entre historias de todo tipo, pero no llegó a tocar un libro hasta los 10 años.
La otra inquietud que se transmite en su trabajo, además de la reivindicación de lo propio, es la convicción de que la ciencia ficción no es, ni mucho menos, un género estético. Por ello, detrás de la mayor parte de sus historias se puede ver la huella del abuso de los poderosos en su sentido más amplio. Unas veces son multinacionales, otras científicos locos, otras simplemente jefes religiosos o personas que controlan las fuerzas ocultas. En todo caso, su reivindicación parece ser la de la gente normal frente a la de todos esos personajes preeminentes, extraigan su poder de dónde lo extraigan.
En la reflexión que Dilman Dila hacía en su web a través del título “Is Science Fiction Really Alien to Africa?” el autor lanzaba una advertencia, un desafío y un consejo. La advertencia hacía referencia a la saturación y al riesgo de publicar cualquier obra de ciencia ficción, sólo porque el género parece estar de moda. El desafío decía: “Así que cuando algunos afirman que el género es ajeno a África, que los africanos no consumen ciencia ficción, que no hay audiencia, quiero preguntar, ¿de qué comunidad africana están hablando? Cuando dicen que los africanos no están preparados para la ciencia ficción me pregunto ¿qué es lo que realmente quieren decir? Creo que estas personas no tienen absolutamente ningún contacto con las calles del continente”. Y el consejo lo dirigía al resto de escritores a los que les recordaba que los caminos de los pueblos y las calles de las ciudades de toda África están llenos de personajes monstruosos, sobre los que se pueden edificar los relatos de lo que él llama la AfroSFF, eso sí respetando respetando siempre la tradición propia.