De La Mancha a África: Don Quijote en el Níger a través de la ilustración
Don Quijote
es quizás una de las figuras más representativas de la literatura española. Desde que Miguel de Cervantes escribiera las aventuras del Hidalgo en 1605 sus personajes no han dejado de viajar por el mundo, convirtiéndose en un icono de la literatura más universal. Sin embargo, Don Quijote casi no había descubierto y conocido el mundo subsahariano, no había cruzado el Sáhara ni había alcanzado las aguas del Níger. Hasta ahora.
“Don Quijote en el río Níger” (“Don Quichotte, au fleuve Niger” en francés) es un proyecto que nació en 2016 de la mano de las embajadas de España en tres países de la cuenca del Níger: Guinea-Conakry, Malí y Níger con la colaboración del Programa ACERCA que está enmarcado en el sector cultural de la AECID y que se ha estrenado el pasado 17 de enero en el Museo de Arte Africano de la Fundación Jiménez-Arellano Alonso en Valladolid.
¿En qué consiste esta exposición? El proyecto nació en 2016 cuando las capitales de estos tres países acogieron diversos talleres para ilustradores locales. Tanto profesionales, como estudiantes y aficionados se beneficiaron del aprendizaje de nuevas técnicas y estilos de pintura y conocieron de primera mano a Don Quijote. Los encargados de los talleres, el ilustrador Aitor Saraiba y el formador Ángel Domingo, de Pencil Ilustradores, presentaron a los personajes a través de todas las expresiones artísticas posibles (fragmentos de la novela, películas, interpretaciones pictóricas…) con un doble objetivo: que los artistas conocieran la novela y sus personajes y que fueran capaces de reinterpretarlos según su criterio.
Es precisamente esa reinterpretación lo que hace de esta exposición, que se podrá visitar hasta el 13 de Febrero en el Museo, algo tan especial. Alonso Quijano ya no es sólo un caballero, un hidalgo en busca de aventuras que cruza La Mancha para conquistar a la mujer de sus sueños. Don Quijote es un caballero, pero también se le representa como un agricultor, un nómada, un guerrero, o un personaje sabio que defiende la protección del río frente a la contaminación. Su piel en ocasiones se ennegrece, aunque otras veces guarda sus rasgos originales.
Los paisajes de Castilla La Mancha se van difuminando poco a poco para dejar paso al amarillo del desierto, a la sabana o a las orillas del Níger. En las ilustraciones nos encontramos hipopótamos, elefantes o leones y nuestro héroe viaja a lomos de camellos y jirafas. En este mundo ni si quiera el tiempo se escapa: Don Quijote puede seguir en el S. XVII o cambiar de siglo en busca de su Dulcinea.
Además, la diversidad de estilos y técnicas de los ilustradores nos habla de la infinita variedad de gustos por la pintura que existe en África, sobre todo si tenemos en cuenta que esto es sólo una pequeña muestra de tres países. Dibujos a lápiz, cómics o pinturas en acuarela son sólo unos ejemplos de más de setenta obras.
Puede que para más de uno esto no tenga ningún sentido, eso siempre depende de la mirada del espectador. Pero lo que demuestran estas ilustraciones es la enorme capacidad de las diversas culturas africanas de asimilar todo lo que viene de fuera y reinterpretarlo a su manera. Esa habilidad de rehacer no sólo se centra en el arte o la cultura, sino también en las ideas económicas, sociales o políticas. Precisamente, en el Sahel y en la cuenca del Níger es donde tuvo lugar la mayor africanización de la historia, cuando muchas de estas sociedades aceptaron una nueva religión, el Islam, y la hicieron suya.
Pero no es sólo algo interior, no es sólo aprender algo más sobre literatura, la clave de esta exposición es que nos devuelve algo que creíamos intocable: una obra de más de cuatro siglos. Estos artistas nos lanzan sus ilustraciones con otra visión y otra mirada, no sólo del Quijote, sino del mundo que durante décadas hemos colonizado.
Muchas gracias por estas pistas.
¿Una visión africana del Quijote no altera el senyido principal de la obra original?