Reminiscencia pop para avivar la memoria congoleña
Eddy Kamuanga Ilunga tiene un propósito: acercar a pinceladas la historia a las sociedades contemporáneas de la República Democrática del Congo. Como si se tratara de capítulos, cada obra del pintor nacido en Kinshasa recupera un episodio de la memoria colectiva congoleña mediante una narrativa visual compuesta de elementos étnicos, occidentales y tecnológicos con una estética pop que generan pinturas híbridas, como las identidades que retrata. Su nueva entrega,’Responsabilidad frágil’, ha sido recientemente expuesta en la Galería October de Londres.
Vasijas de porcelana de la época de los primeros comerciantes portugueses, cuencos de cerámica tradicionales, jarras Toby popularizadas por los ingleses, alguna mesa o silla de estilo clásico y cajas improvisadas como asientos. Es todo el atrezo de ‘Responsabilidad frágil’, la última serie de lienzos en acrílico y óleo de Eddy Kamuanga Ilunga, que, pese a ser escaso, ya contiene más elementos que su creación anterior, dedicada a la etnia Mangbetu.
En la línea pop que lleva caracterizando su trabajo desde sus inicios, las dos últimas colecciones del pintor de Kinshasa focalizan su fuerza en las personas que retrata, individuos de piel formada por placas de circuitos tecnológicos que evocan el papel de la República Democrática del Congo como la meca del coltán, un mineral imprescindible en los cada vez más utilizados dispositivos electrónicos. Los protagonistas de Kamuanga Ilunga cubren su electrónica dermis ataviados en su mayor parte por vistosas telas africanas frente a fondos de colores fríos, en unas pinturas que son un ejercicio de convivencia entre la modernidad y el pasado relegado que el artista percibe en la sociedad contemporánea de su país.
La ausencia de objetos no es casual, el joven congoleño quiere reflejar personajes perdidos en el tiempo y el espacio, renegados a la memoria. Cuenta desde la Galería October, donde ha presentado sus dos exposiciones en solitario hasta la fecha, que su madre se mostró reticente a que fuera a conocer a conocer a los Mangbetu para documentarse para su primera colección al considerarlos “paganos, retrógrados e incluso peligrosos”.
No se trata de una opinión aislada, para Kamuanga Ilunga la sociedad congoleña es cada vez más moderna, profundamente cristiana y “rechaza por completo su herencia indígena multiétnica”, tal y como manifiesta en su última exhibición. Una concepción que constituye la línea argumental sobre la que se basan las narraciones visuales de este artista que reflexiona sobre los cambios sociales que ha experimentado su país desde la llegada del colonialismo hasta la actual globalización, acontecimientos que han construido la historia de la República Democrática del Congo y condicionado la construcción de su identidad.
Y si en la obra dedicada a los Mangbetu, Kamuanga Ilunga acerca la contemporaneidad y los orígenes al combinar la tecnología digital, las uñas pintadas y las chanclas que salpican el paisaje urbano congoleño con los tocados, la artesanía y la elegancia por la que era admirado este pueblo de guerreros originarios de Sudán y establecidos centenariamente en el Congo, en su nuevo trabajo emplea la misma técnica con fines distintos.
En ‘Responsabilidad frágil’, el artista rinde homenaje a los esclavos y antepasados que resistieron el tráfico humano, y sitúa la acción de la serie en el Reino del Congo poniendo en escena objetos de este periodo que aún hoy conforman la realidad social del país sin evocar de manera consciente la esclavitud que trajo consigo ese capítulo de su historia. Rodeados de estos elementos, los personajes que representa se muestran abatidos y parecen estar perdidos, amnésicos, desprovistos de vitalidad. Pero no es ésta la fragilidad que califica Eddy Kamuanga Ilunga al dar nombre a esta obra, en la que lo que realmente quiere señalar es el impacto de las estructuras de poder del pasado y del presente en la construcción de la identidad congoleña. Es ahí donde reside la ‘Responsabilidad frágil’.