Mounou Désiré Koffi: viejos teléfonos móviles para crear arte y conciencia social
En su barrio de Abidjan (Costa de Marfil), los viejos teléfonos móviles imposibles de recuperar o conservar eran escandalosamente visibles. Por eso el artista Mounou Désiré Koffi ha decidido resucitarlos para darles una nueva forma vital, con mucho más color, más armonía y mucha conciencia social. El marfileño de 24 años se ha convertido, gracias a su transgresor tratamiento de los residuos electrónicos, en una figura emergente del arte contemporáneo de su país. Un talento que además lo ha llevado recientemente a París, Bélgica o Marruecos. Y entre exposición y exposición ha concedido una entrevista a Wiriko.
A lo largo y ancho del continente africano existen numerosos ejemplos de cómo el reciclaje es capaz de convertir en arte viejos envases metálicos y de plástico, residuos urbanos, ropa o bidones ya inservibles para transportar el agua, como los de Afrogallonism. Con esa misma intención, la de crear sensibilidad acerca de la huella ecológica que dejan las personas en el planeta y de criticar a la sociedad de consumo, Koffi regala una segunda vida a los desechos electrónicos que encuentra en las calles y en los contenedores de basura. Todo comenzó cuando comprobó el enorme impacto que los desechos electrónicos causaban en su entorno. “Donde vivo la basura era obvia. Estoy interesado en todo lo que generalmente es rechazado. Este es el caso de los residuos electrónicos. Me fascinan y puedo moldearlos para que den a luz mis obras”, asegura. Con esta restitución artística consigue reflejar en muchas de sus obras imágenes de la vida cotidiana, escenas de un barrio cualquiera a cualquier hora del día, pero también es capaz de denunciar situaciones de vulnerabilidad : “Cuanto más me conmueve un tema, más cómodo me siento al transcribirlo. Actualmente estoy trabajando en una serie que denuncia la violencia contra los niños. Admito que mis discursos están generalmente comprometidos: condiciones de la mujer, guerra, mal gobierno, derecho de los niños…”, enfatiza.
Costa de Marfil, sus gentes y sus calles están, por tanto, en el centro de su motivaciones. Acude a escuelas para crear conciencia medioambiental y tiene como objetivo a largo plazo trabajar en la apertura de un centro de capacitación para el arte del reciclaje. Al mismo tiempo, aunque aspira a transmitir sus narraciones visuales en cualquier parte del mundo, es un artista consciente de la importancia de crear e inspirarse en su país. “Me gustaría seguir vistiendo la bandera de Costa de Marfil cada vez más alta exhibiendo en todo el mundo”, afirma con orgullo.
Con un simple martillo Koffi desmonta cada uno de los teléfonos móviles que ha conseguido en el popular barrio de Koumassi, en Abidjan, por un precio de 500 CFA por par. Extrae sus pantallas y teclados, pinta algunas piezas y aglutina todo su material en forma de collage, para terminar creando obras que son mucho más que arte. Los rostros, cuerpos y figuras recreados invitan a la reflexión y son el reflejo más evidente del desorbitado consumo que reina en el planeta.