Probablemente, muchas serán las personas que conocen piclet.org, un amplio directorio fotográfico que además edita una revista y convoca premios con una merecida reputación. Piclet.org es un proyecto perteneciente a la iniciativa New Horizon Productions, fundada en Berlín por Benjamin Füglister con la colaboración de Verein Liaison.
Desde hace 4 años, el proyecto piclet.org abre su convocatoria anual con un premio dedicado, exclusivamente, a trabajos fotográficos vinculados con el continente africano, bien sea desde el interior de lo que en él ocurre o desde cómo se experimenta su diseminación en el resto del mundo. Su nombre es POPCAP, piclet.org Prize Africa.
Según nos cuenta su fundador, Ben Füglister, POPCAP es un premio de fotografía contemporánea africana pero con participación internacional. Su intención es descubrir trabajos de entre 10 y 25 imágenes y con una antigüedad que no supere los tres años. Una vez electos los cinco ganadores por un jurado internacional, se inicia una agenda anual de exposiciones por numerosos países: ya se han celebrado las exposiciones en los Rencontres Internationales de la Photographie de Ghar el Melh, en Túnez; Image Afrique en Basilea, Suiza, y Obscura Festival de George Town, Malasia. Ahora trabajan para su aparición en la Biennale Africaine de la Photographie – Rencontres de Bamako, Mali; y al mismo tiempo se preparan para el Lagos Photo Festival de Lagos, Nigeria; el Festival International de Fotografia de Cabo Verde en Mindelo, y los Rencontres Internationales de la Photo de Fès, en Fez, Marruecos.
Optar a un premio de “fotografía contemporánea africana” desde cualquier punto del planeta puede parecer extraño, pero es muy coherente con los principios sobre los que la organización se fundamenta. Nadie en piclet.org considera que un artista africano deba tener percepciones particulares en comparación con cualquier artista de otro lugar. Cansados de que la riqueza creativa africana sea o bien marginada o bien tratada con la indulgencia del exotismo, el premio POPCAP busca “habituarnos” a entender la fotografía africana desde el estatus que se merece.
Y es que, como desde hace décadas se nos dice, hemos de recordar la vastedad oceánica de un lugar que, en palabras de Ben Füglister, “no es un país”. Si a su inmensidad sumamos cómo su influencia se derrama en el resto de continentes, hemos de admitir de una vez que la “fotografía africana” trasciende las fronteras dentro de las que pretendemos enclaustrarla.
Por esto y después de analizar, literalmente, miles de trabajos, Ben Füglister confirma que no puede decir que haya una tendencia creativa determinada en función de la geografía: “cuando llega fotografía documental vemos que sus temas habituales nos son propuestos en numerosas ocasiones. Los temas relacionados con las identidades son también frecuentes, pero son antes cuestiones locales o particulares que reflexiones sobre una identidad africana”. Añade que, al igual que en otras partes en el mundo, cuando reflexionamos sobre nuestras especificidades lo hacemos en un rango más bien local, y no tanto en relación con una dimensión continental.
Preguntamos a Ben Füglister su opinión sobre la existencia de un hipotético “lenguaje artístico africano”, y su respuesta nos muestra otro principio inherente desde el que parte piclet.org: ser un artista es reflejar asuntos contemporáneos a través del significado y sentido de tu arte, y por ello, “cada cual tiene su propio lenguaje artístico, con independencia del lugar donde haya nacido”. Es una entelequia poner limitaciones en una sociedad en la que el intercambio de información es un flujo continuo: “cualquier cambio social, decisión política o alteración del entorno influye en la producción creativa. La gente viaja más que nunca y las impresiones que recibimos y traemos a casa cambian nuestras sociedades. Eso se refleja en el arte”.
Un aspecto que hace a POPCAP diferente es que parte de que ser artista no es una elección, y de que aquellos que sienten en sí mismos tal pulsión trascienden las fronteras espaciales y geográficas: “como en cualquier lugar, los artistas crean en nombre de sí mismos, pues tienen la necesidad de hacerlo; tú no escoges ser artista, lo eres o no lo eres”.
Un año más, cinco son los ganadores del POPCAP prize, un premio exclusivo para fotógrafos africanos o vinculados con África en la diáspora. Esta convocatoria ha sido una muestra más de la vitalidad del medio fotográfico, sea ya cultivado en su faceta documental o como un elemento más en creaciones que encajarían en el concepto de “posfotografía”.
Aquí os traemos la selección que los propios ganadores han ofrecido a Wiriko y, junto con ellos, os invitamos a la reflexión.
Maputo (Mozambique), 1977.
Con Interior Landscapes, 2011-2014 reflexiona sobre la presencia del pasado y su permanencia. Los espacios parecen perder sentido cuando están deshabitados pero, al mismo tiempo, parece que es sólo en esos momentos cuando realmente podemos detenernos a analizarlos y ver que, sin necesidad de rostros, son verdaderos retratos de quienes habitualmente los habitan y frecuentan. Aún pueden verse detalles mostrando que, quizás sólo unos segundos antes, alguien estuvo ahí para luego legar una presencia latente.
Filipe Branquinho explora esta existencia “no con nostalgia romántica o sentimental, sino con la perspectiva y el ojo del reportero”.
Tahir Carl Karmali. Nairobi (Kenia), 1987.
Para acercarnos a su trabajo, Jua Kali, hemos de detenernos unas líneas y conocer qué significa esa expresión. Esta obra está inspirada por un sector de la sociedad al que se alude con un término swahili: jua kali, es decir, “sol fiero”. Así se conoce a los trabajadores que se amontonan en las periferias de Nairobi, que desempeñan labores quizás consideradas inferiores pero cuyo trabajo, en realidad, es el que alimenta a la capital keniata. El trabajador jua kali a menudo emplea elementos reciclados para ingeniárselas y solucionar tanto una pequeña herramienta como cacharrería doméstica, un lavabo o un coche. Esto significa que define no sólo un sector laboral sino toda una capacidad para solucionar cualquier problema con los recursos más rudimentarios. Además, no es infrecuente que se asocien y gestionen sus ganancias de manera colectiva, por lo que a su presencia en la sociedad se suma una conciencia de pertenencia a un grupo.
Este artista se basa en ellos para “describir la imagen creada de uno mismo partiendo de la filosofía de los Jua Kali. Cada retrato describe una personalidad que se ha creado una imagen surrealista para encajar dentro del Jua Kali nairobeño”.
Zied Ben Romdhane. Túnez (República Tunecina), 1981. Selección fotográfica de Wiriko.
Zied Ben Romdhane no desarrolla en su propuesta un trabajo metafórico o conceptual, sino que retoma la faceta documental de la fotografía para visibilizar una enfermedad extraña, para crear un testimonio sobre ella. Con Children of the Moon muestra la presencia de una enfermedad conocida como xerodermia pigmentosa, o XP. Consiste en un desorden genético que evita que las células se reparen de los daños que provoca la radiación ultravioleta. En los casos más extremos, los enfermos han de evitar aun las fuentes artificales, como tubos de neón o bombillas fluorescentes domésticas.
Su trabajo se centra en Túnez y su título traduce el nombre con el que se conoce a quienes sufren la enfermedad: “les enfants de la lune”. En la República Tunecina la incidencia de esta afección dérmica es muy elevada, a lo que se añaden el mismo clima, la pobreza de muchos afectados y la escasa información para comprender la enfermedad.
Romaric Tisserand. Toulouse (Francia), 1974.
Romaric Tisserand, al tiempo que traspasa las fronteras africanas para reflexionar sobre la historia, traspasa las fronteras técnicas de la fotografía desde su concepción tradicional. Su trayectoria artística se caracteriza por partir de la imagen, pero siempre como un soporte para emplear técnicas mixtas o interdisciplinares. La génesis y concepción de Ultramar (Empire Travel Club) requiere que conozcamos su contexto: en 2001 se descubrieron, enterrados en el suelo de Lisboa, 166 retratos acumulados por un soldado portugués y que son un valioso testimonio de los procesos de descolonización de Angola, Mozambique y Guinnea-Bissau. La reflexión que suscita esto, o preguntas tales como por qué algo así fue enterrado y escondido o el porqué de la ausencia de imágenes de guerra, las dejamos en vuestras manos. Tal y como explica Tisserand, “aquellos negativos son pruebas de que técnica y mecánicamente algo sucedía”.
Tisserand toma ese archivo documental y con base en él dispone las imágenes al modo de retratos del siglo XIX; al mismo tiempo, coimplica al espacio de exposición haciendo de él una agencia de viajes ficticia. Cada imagen va enmarcada por juegos de colores tomados de las banderas portuguesa y de los países que alcanzaron la independencia.
Zed Nelson. Kampala (Uganda), 1965.
Zed Nelson nació en Uganda, hijo de periodistas británicos. Salió del país tras vivir en primera persona un aviso del terror que se avecinaba con Idi Amin. Reconocido internacionalmente por otros trabajos, ha sido uno de los cinco ganadores con After Mandela, una reflexión inquietante sobre el desarrollo de la sociedad sudafricana tras el apartheid: “veinte años después del apartheid, Sudáfrica permanece como una de las sociedades más desiguales del mundo”. Zed Nelson analiza cómo, hoy en día, una gran parte de la mayoría negra vive en peores condiciones que bajo el apartheid; y cómo una minoría blanca vive aún mejor que durante las inefables políticas de segregación: “sin la influencia continua y paternal de Mandela, no hay acuerdo sobre qué pasará ahora”, ya que «hay una profunda brecha entre el gobierno del African National Congress y una nación cuya impaciencia aumentan, 18 años después del apartheid, la pobreza, el desempleo y una amplia desigualdad».
En Sudáfrica el 80% de las tierras privadas “está aún en manos blancas”, lo que está generando una oposición política de jóvenes líderes que pide una redistribución radical de la tierra. Por eso Zed Nelson tiene presentes a quienes vaticinan que Sudáfrica será la próxima Zimbabwe, en alusión a la medidas agrarias tomadas por Robert Mugabe a fines de los noventa.
A pesar de encontrarse en plena promoción de la presente convocatoria, Ben Füglister comparte con nosotros que a partir del próximo 7 de noviembre el jurado estará listo para POPCAP ’16. Os invitamos a no perder la pista y, por qué no, a participar en esta nueva cita con piclet.org.
Jaime Fernández Gianzo
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