Wekaforé Jibril: La renovación de la cultura barcelonesa que nació en Nigeria
No es la primera vez que le señalan como uno de los responsables de la renovación de la cultura en Barcelona. Y lo ha hecho desde una percepción del arte y de la producción creativa sin compartimentos, sin límites, sin obstáculos, en la que las disciplinas se mezclan y se confunden para alimentarse entre sí. Es cierto que esa forma de vivir la cultura es muy difícil de describir, pero el resultado ha sido deslumbrante. En una escena que ya presume de cosmopolita, abierta y desacomplejada, la aportación de Wekaforé Jibril ha demostrado que todo puede avanzar y transformarse. Este joven nigeriano instalado en la Ciudad Condal desde hace alrededor de cuatro años es el alma mater del Voodoo Club, un fenómeno que era al mismo tiempo colectivo creativo y la fiesta inclusiva de moda en la noche barcelonesa prepandémica. En muy poco tiempo, el Voodoo Club ejerció su magnetismo sobre la vanguardia cultural de la ciudad y se apoderó del underground con las expresiones más rompedoras de la música de club de origen africano.
Pero la creatividad de Wekaforé Jibril y su inquietud no entienden de etiquetas, géneros ni disciplinas. Algunos recurrirían al lugar común: es un “artista del renacimiento”, pero él con más tino habla del universo Wekafore o La Casa Wekafore, cuyas piezas son un número considerable de iniciativas e incluso un buen puñado de personalidades. En ese fluido creativo entra, por supuesto, la fiesta del Voodoo Club, pero también The Voodoo Children’s Agency, la agencia de modelos en la que se promocionan modelos diversos que huyen de la homogeneidad del mundo de la pasarela; aportan también Spirit Disco el alter ego de Wekaforé en su carrera musical en solitario; no se queda fuera Egosex, el grupo máximo exponente del Trance Jungle Blues, del que es vocalista y que forma junto a Hugo Bonet y Lluís Campos; en ese mismo universo está, evidentemente, Wekafore, la marca de ropa y complementos de la que es diseñador; sin olvidar Voodoo Music, el sello de música con el que intenta “fomentar y potenciar la nueva generación de música afro española”.
“Para mí todas esas manifestaciones culturales tiene en común el intento de comunicar una conciencia africana contemporánea. Son formas de expresar esa misma conciencia a través de diferentes canales”, explica Wekaforé Jibril que insiste en esa capacidad de del arte para transmitir valores y sensaciones. “La música, por ejemplo, es muy importante porque es muy fácil que alguien escuche algo y lo entienda, que le sugiera algo, que pueda entender el espíritu con el que se ha hecho, normalmente nadie tiene que explicarte la música”, continua el creador de origen nigeriano. Este artistas polifacético destaca las conexiones que le permite establecer la música: “A mi me da libertad, para probar cosas, para experimentar, para colaborar, para mezclar culturas a través de la música”.
Wekaforé Jibril se siente especialmente atraído por las conexiones entre culturas sin excusas y sin prejuicios. “Muchos de nosotros sentimos que tenemos dos mundo dentro de nosotros”, comenta en relación a los creadores de origen africano de Barcelona, “y necesitamos una manera de comunicar esa dicotomía. Esa conexión no es solo que mezcla culturas, sino que construye algo distinto”. “Para mi eso es el futuro”, sentencia el artista que confiesa admiración con cualquier muestra de esa interculturalidad. “Por ejemplo, cuando veo una persona de filipinas que habla en español, pero que en realidad tiene un rollo especial. Flipo con la gente rara (se rie con cierta provocación), gente que es de aquí y de otra parte, que tiene información de más de un lugar… conectar con gente así es la pasión de mi vida”, comenta divertido.
La mayor parte de sus experiencias musicales pasan por las colaboraciones con otros artistas de estilos diferentes. Lo he hecho en Egosex un proyecto que comparte con Hugo Bonet y Lluís Campos y que se apoya sobre una fórmula muy particular a la que han bautizado Trance Jungle Blues, con influencias diversas, pero con toque de afrofuturismo (sobre todo en la estética) y con una evidente influencia de una espiritualidad reinterpretada que bebe del bagaje cultural de Wekaforé. Pero también ha buscado estas colaboraciones que suman en una de sus últimas experiencias, junto a Jimmy Bones, en un festivo “Negro con estilo” que se hizo viral y recibió la atención de los medios durante el confinamiento y en la que se celebraba a la comunidad afrodescendiente.
De la misma manera, este espíritu había impregnado claramente al ambiente de aquella exitosa Voodoo Club. “La gente venía a bailar. Incluso, cuando venía alguien que no estaba tan motivado, cuando veía a todo el mundo bailando tan libremente, automáticamente se contagiaba. Era una forma de darles el empujón”, explica Wekaforé Jibril con cierta nostalgia.
Más allá de la música, la actividad de este artista de origen nigeriano en el ámbito estético está muy marcada por la imagen de la moda urbana africana de los años setenta. “No me atraen tanto la estética concreta de la ropa, sino las vibraciones y el momento concreto. Fue un momento único de liberación creativa”, reivindica Wekaforé, “después de la colonización, en Nigeria o en Ghana, por ejemplo, se estaban acostumbrando a la independencia y estaban buscando una forma de comunicar su propia identidad. Realmente eso es lo que me ha enamorado de la época, ese estímulo de crear algo de la nada. Por eso sigue estando presente en mis referentes”.
Esa estética tan particular que transmite y representa todo el universo Wekafore ha sido, precisamente la que han reclamado los organizadores del Festival Grec de Barcelona, que en la edición de este año han dado especial protagonismo a la escena creativa del continente africano a través de la divisa “L’Àfrica més a prop” (África más cerca). El programa de esta cita que se celebra en la Ciudad Condal entre el 27 de junio y el 30 de julio, incluye algunos nombres imprescindibles de diferentes disciplinas: la cantante maliense Fatoumata Diawara, en la música; o el bailarín y coreógrafo nigeriano Qudus Onikeku, la senegalesa Germaine Acogny y la marfileña Nadia Beugré, en la danza, solo a modo de ejemplo. Pero también tienen el atino de acercarse y acercar al público una muestra del arte que surge de las conexiones entre Europa y África, o que artistas de origen africano están produciendo, especialmente, en Barcelona, entre los que aparecen las propuestas musicales del Trio da Kali, Buika, The Sey Sisters o Imany; el teatro de Juan Tomás Ávila Laurel con Annobón, o de Silvia Albert Sopale con No es país para negras; o la danza con la Faso Dance Théâtre y Serge Aimé Coulibaly en Wakatt y la compañía de Aïda Colmenero Dïaz en 2 de Noviembre, el Quitador de miedos; además de abordajes y aproximaciones diversas a cuestiones como el colonialismo, el antirracismo o la diversidad cultural.
Wekaforé Jibril ha participado aportando su personal universo estético en la concepción de la imagen de esta edición tan africana del festival Grec y a través de la singular agencia de modelos The Voodoo Children’s Agency ha colaborado en la creación de la campaña, además de la aportación a la dirección artística. El polifacético artista justifica su participación en esta iniciativa porque “la temática de este año es África y, en realidad, querían dar la visión más actual de África en Barcelona”. Con su afán por las colaboraciones, Wekaforé recibió con enorme satisfacción la llamada de los organizadores del Grec: “Nosotros nos sentimos orgullosos de estar mostrando una representación actual de África con Europa y Barcelona, eso es lo que pretendíamos con el Voodoo Club, mostrar esta conexión sana entre los dos mundos”.
Para el creador, la colaboración con el Grec supone una responsabilidad, pero al mismo tiempo es “una validación de nuestra actividad algunas de las personas que más entienden de la cultura en Barcelona”, comenta satisfecho. “Sentimos que estamos participando en la producción de la cultura barcelonesa”, asegura Wekaforé que, en todo caso, considera que la comunidad africana, afro o afrodescendiente en Barcelona todavía no está aportando todo su potencial. “Al final, las cosas se ven más bonitas cuando tenemos variedad y podemos elegir que un día vamos a un sitio y otro día buscamos otro ambiente”, afirma y compara la aportación de esa comunidad negra de Barcelona a la renovación cultural con la dinámica de un equipo: “Cuando uno se cansa, se aburre o está desmotivado, otro tiene que tomar la iniciativa para seguir avanzando”. Para Wekaforé esta aportación para la renovación “permitirá ver a la comunidad negra de otra manera, como personas normales que hacen cosas interesantes, pero además también se empieza a proyectar una imagen diferente de Barcelona”. El artista vuelve a la experiencia del Voodoo Club como fiesta inclusiva y vanguardista: “Cuando venía gente de fuera, de París o de Londres, no pensaban que algo así pudiese estar pasando en Barcelona, porque tenían una imagen de Barcelona que no era la realidad de la ciudad, más como de Vicky Cristina Barcelona”, bromea. Ahora, con la satisfacción del reconocimiento que supone esa aportación al Festival Grec, Wekaforé Jibril sólo piensa en el momento en el que se pueda reconstruir esa actividad cultural: “Cuando nos dejen volver a bailar, vamos a volver a hacerlo. ¡El baile no para ! (ríe divertido). Quizá el baile vendrá con otros nombres u otras formas, pero vamos a seguir bailando para siempre. A eso estoy esperando”.
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[…] respuesta social fue abrumadora. Con el diseñador y cantante Wekaforé Jibril como principal impulsor, el colectivo pasó a convertirse, en muy poco tiempo, en un proyecto […]
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