Yoriyas: “Ahora es el momento de que sean los fotógrafos marroquíes quienes enseñen Marruecos”
A las orillas de la Casbah de los Udayas, en Rabat, se encuentra la fortaleza Borj El Kebir, también conocida como fuerte Rottembourg. Sus restos han vuelto a cobrar vida hace apenas unos días, el pasado 14 de enero, tras abrir sus puertas el Museo Nacional de Fotografía de Marruecos, el primero del país destinado exclusivamente a este campo. La exposición que da la bienvenida a este espacio lleva por título Sourtna y congrega los trabajos de una quincena de fotógrafos marroquíes comisariados por el reconocido Yasin Alaui Ismaili, alias Yoriyas.
En línea con su trabajo, las instantáneas de esta muestra inaugural ponen en valor el Marruecos más auténtico, alejado de las escenas turísticas o de los estereotipos. Para ello ha contando con nombres que ya han dado el salto a nivel internacional, como Déborah Benzaqueno M’hammed Kilito, y con nuevos talentos emergentes que expondrán sus visiones de Marruecos durante los cuatro meses que permanecerá abierta Sourtna, con entrada gratuita para los residentes en L’Ocean, un barrio humilde de la capital marroquí. El objetivo: emancipar el país de la imagen que de él se muestra, acercando a su vez esta novedosa representación de sí misma a la sociedad marroquí. Nos lo explica mejor Yoriyas en una entrevista exclusiva para Wiriko.
Ruth Fernández Sanabria: ¿Qué importancia tiene para Marruecos la apertura de este museo?
Yoriyas: Es un lugar para conocer todo lo que aportan los fotógrafos físicamente presentes en el país. Este trabajo ya estaba presente en galerías u otros espacios de Marruecos, pero no teníamos un lugar para agrupar la fotografía marroquí realizada por diferentes generaciones. Es un momento histórico porque se trata del primer Museo Nacional de Fotografía de Marruecos, una idea del rey marroquí Mohamed VI, lo cual considero un apoyo increíble a los fotógrafos de Marruecos. Con el museo se van a poder mostrar nuevos talentos y también para la educación, lo que lo convierte en un espacio para conectar a todas las generaciones de fotógrafos y crear así una dinámica conjunta en el sector de la fotografía en Marruecos.
R.F.S: ¿Qué has querido mostrar en la exposición inaugural?
Y: Yo vengo de la fotografía documental, pero decidí no mostrar solamente esto, sino enseñar también fotografía de escenas, de retratos y autorretratos. Hay una mezcla porque creo en la diversidad para crear algo importante. Pienso que no hay una única manera de conectar con Marruecos y creo que hay que equilibrar las distintas disciplinas. Si hablamos de otros países africanos, con la salvedad de Sudáfrica, siempre vemos coloridas fotografías de paisajes o retratos en galerías o exposiciones, no vemos con tanta frecuencia el estilo de vida que se da en las calles. Para mí este tipo de fotografías permite entrar dentro del país para entenderlo mejor. Un buen ejemplo de lo que hablo es el trabajo que se expone de Mourad Fedouache. Él es de una pequeña ciudad de Marruecos que se llama Sidi Yahia al Gharb y vive en una favela. Para mí el modo en que documenta su vida es muy especial porque la narra tal y como él la ve desde dentro. Fotografía a su familia para hablar de sus raíces. Sus primeras imágenes las tomó mientras vendía fruta con su familia en el mercado. También ha documentado momentos importantes de su vida, como la muerte de su abuelo, el nacimiento de su sobrina, los niños del barrio… Son fotografías muy cercanas, no está hablando de la favela como un lugar peligroso o un lugar malo o un lugar bueno, él cuenta la historia de este lugar desde su experiencia.
R.F.S: ¿Qué significado tiene Sourtna, el nombre que le has dado a la exposición?
Y: En árabe marroquí significa “nuestra imagen”. Para mí es una palabra que también significa que podemos crear nuestra propia imagen y compartirla. Eso puede equilibrar la visión que se ha dado antes de nosotros. Antes era todo imágenes de postal. Supongo que Sourtna es también una llamada a decir: Ahora es el momento de que sean los fotógrafos marroquíes quienes enseñen Marruecos desde su perspectiva. Podemos tener desarrollo social y económico, pero también necesitamos un desarrollo visual. Para mí, tener fotógrafos locales retratando el país va ligado al desarrollo de Marruecos.
R.F.S: ¿En qué sentido?
Y: Por lo general, el mundo occidental siempre asocia Marruecos exclusivamente con Marrakech al igual que cuando hablan de África se suele pensar que solo las personas negras son africanas. Por eso es importante que se muestre la diversidad no solo del país, sino también del continente. Cuando hablamos de Marruecos hablamos de distintas ciudades y culturas dentro de una común. Con la exhibición inaugural hemos querido reunir a diferentes fotógrafos de diferentes áreas del país para mostrar la diversidad marroquí. En ella no predomina un punto de vista único de Marruecos. Este es el Marruecos que queremos enseñar, más contemporáneo y más cercano a lo que la gente de aquí es.
R.F.S: ¿Fue difícil seleccionar los trabajos de la muestra inaugural del Museo?
Y: Sí, no fue fácil porque, aunque me dieron carta blanca, hay muchos fotógrafos. Yo tenía claro que también quería contar con personas que acabaran de empezar, incluso aunque sacaran fotos con su móvil, para dar una oportunidad a la juventud de enseñar su trabajo en el museo. Creo que de este modo pueden motivarse a emprender sus proyectos sin tener que esperar a conseguir una cámara porque, aunque es importante tener una cámara profesional, es más importante tener visión y querer contar una historia.
R.F.S: ¿Cómo es ganarse la vida como fotógrafo en tu país?
Y: Yo empecé en esto en 2013 y en estos siete años he visto un gran crecimiento. Las grandes cabeceras están empezando a contactar con los fotógrafos locales, lo que es un gran cambio y también una gran oportunidad. Yo he podido publicar en New York Times o en National Geographic y contribuir con mis fotos a romper con el cliché que hay sobre mi país. También noto que está cambiando la mirada de los espectadores, que están cansándose de los estereotipos y buscan algo más auténtico. Es difícil ganarse la vida como fotógrafo, especialmente si no haces trabajos comerciales o no trabajas como reportero, pero yo he conseguido vivir de esto desde 2016.
R.F.S: ¿Esperas volver a trabajar o exponer en el Museo Nacional de Fotografía de Marruecos?
Y: Sí, tengo otro proyecto allí para desarrollar talleres y otras maneras de relacionarse con el Museo. Yo vengo del mundo del baile, fui coreógrafo durante quince años, así que hemos propuesto conectar la danza con la fotografía a través de una coreografía para guiar las visitas. Para mí es una manera de atraer al público para continuar compartiendo aprendizajes y espacios, sobre todo porque el Museo se encuentra en un barrio bastante humilde de Rabat. Allí hay familias con muchos niños y es una gran oportunidad de hacer que el arte sea más cercano a la gente.
R.F.S: ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Y: Estoy trabajando en la Bienal de Casablanca y voy a exponer en San Francisco y Alemania, pero uno de los grandes proyectos en los que estoy trabajando está conectado a España porque el año pasado lo pasé viajando por el sur del país. Allí hay una fuerte conexión entre Marruecos y España y empecé a documentar esta manera de conectar África con Europa. El periodo de Al Andalus supuso la evolución del arte, la economía y las letras, y me interesa recordar ese tiempo y conectarlo con lo que está pasando ahora, con esa idea de cruzar a otro país y sacrificar tu vida para luego ser considerado ilegal.