‘Hshouma’, los tabúes marroquíes al desnudo
En la obra de Zainab Fasiki los desnudos tienen un papel protagonista y sirven a un claro propósito: evidenciar los tabúes presentes en su país con el fin de liberar las mentes de prejucios. Para ello creó ‘Hshouma’, un proyecto en el que la representación del cuerpo libre de ropa persigue también desprenderse de todos aquellos pensamientos y actitudes que atentan contra las libertades individuales, en especial las que tienen que ver con la sexualidad, y concretamente las que atañen a las mujeres.
En darija (la lengua árabe que se usa en Marruecos) ni siquiera existen las palabras adecuadas para hablar de sexo, salvo si trata de insultos, tal y como puntualiza Zainab. Según explica a Wiriko, esta censura desde el propio lenguaje está fundamentada en la ausencia de “una educación que esté basada en el respeto a las diferentes orientaciones sexuales, a las libertades individuales y que incluya una mejor educación sexual que refuerce la idea de que tener sexo no es un delito”.
Y ante la inexistencia de este escenario educativo, ella misma decidió crearlo a través de Hsouma, una plataforma digital que utiliza sus ilustraciones para “romper los tabúes sociales que hay en Marruecos y en la región de Mena (Medio Oriente y norte de África)”, comenta. En este proyecto, creado a partir de la residencia artística de Zainab en el centro Matadero Madrid este año, la ilustradora de Fez se aleja del colorido que caracteriza las viñetas que la han dado a conocer y pone negro sobre blanco para señalar los prejuicios, explicarlos, naturalizarlos y dar la oportunidad de participar proponiendo temas o planteando dudas a través de este espacio de la red.
“Cuando publiqué Hshouma se hicieron un montón de comentarios en Internet acusándome de no respetar mi cultura y tradiciones, pero creo que esto es normal. En algunas revistas han dicho que mi trabajo es pornografía porque dibujo mujeres desnudas y no han querido publicar mi obra. Esto ocurre por la educación que existe en Marruecos y también por la política. Para mí la religión es una elección, pero el sistema educativo y las leyes obligan a la gente a vivir según la norma religiosa. Esto debería cambiarse y la solución es una mejora de la educación desde la familia, el colegio y los medios”, defiende Zainab.
Hija de padres artesanos, asegura que en su cultura “ser artista no es considerado un trabajo, así que soy también una emprendedora: vendo mis dibujos, mis libros y hago workshops. Es muy difícil, se deben tener contactos y muchísimo talento o dinero para empezar. En mi caso las redes sociales me han ayudado un montón a lanzar mi carrera y a llegar a todas aquellas personas que quieren conocer mi trabajo”.
A sus 24 años, esta artista, más conocida por sus cómics que por sus ilustraciones, está llevando a cabo la titánica tarea de ir a contracorriente en la espiral de silencio en torno a las libertades de las mujeres y la sexualidad en un país que castiga con cárcel las relaciones sexuales fuera del matrimonio y la homosexualidad. Y lo está haciendo no sólo con Hshouma, también mediante el colectivo ‘Women Power’, con el que organiza talleres dirigidos a jóvenes que quieren desarrollar sus ideas a través del arte.
Eso sí, sólo se aceptan mujeres y personas homosexuales. “Fundé el colectivo Women Power, que es un grupo de mujeres con talento que quieren cambiar Marruecos. Es un evento mensual que incita a veinte mujeres a conectar entre ellas a través de la formación artística. Es sólo para mujeres y también para colectivos minoritarios porque Marruecos está dominado por el género masculino en todos los campos y las mujeres son las principales víctimas del patriarcado. El colectivo es también un espacio queer, queremos la igualdad de todos los géneros en Marruecos”, explica.
Su experiencia personal ha motivado a que así sea porque, si bien Zainab ha recibido numerosas muestras de apoyo en las redes sociales, su trabajo artístico ha sido concebido con reparos en su entorno personal, al que a menudo le ha resultado embarazoso por su estilo y temática. “Yo estuve en su lugar y quiero ayudarlas de este modo”,dice.
Ahora recorre su país y el mundo para presentar su trabajo artístico y sus ideas sin reparos. Por citar algunos ejemplos, ha sido parte del elenco de artistas que han presentado sus obras en el 30 aniversario del Instituto del Mundo Árabe (IMA) en París, y recientemente ha estado en España hablando de su trabajo en el Coloquio internacional en perspectivas de género y sexualidad en la creación artístico-literaria francófona contemporánea ‘GeSex’, organizado por el Grupo HYBRIDA de la Universitat de València. Además, este mes de diciembre ha expuesto las piezas de Hshouma en la galería Le Cube, en Rabat.
Para Zainab es importante poder mostrar el desnudo no sólo del cuerpo sino también de las realidades que asfixian las libertades de las personas en su país. Y no se le ocurre mejor manera de gritarlo a los cuatro vientos que a través del dibujo, el medio más universal en entornos con altas tasas de analfabetismo y elevada censura mediática y social. “El arte es una herramienta para la paz. Una imagen es un instrumento con mucha fuerza para enviar mensajes que calan en unos pocos minutos. La sociedad actual no está lista para leer largos libros sobre el cambio social, así que una imagen es siempre un recurso poderoso”.