Arte contra la caza furtiva

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Imagen promocional del proyecto Locked Horn, una iniciativa para proteger a los rinocerontes y elefantes africanos de la caza furtiva.

A principios del siglo XX, África gozaba de una población de elefantes de unos 10 millones. Hoy, a penas quedan 400.000 en todo el continente y, con una tendencia de unos 35.000 asesinatos cada año, se teme que si no se frena la caza furtiva drásticamente, los elefantes africanos podrían llegar a desaparecer en su estado salvaje en menos de dos décadas.

Mapa de las principales rutas de tráfico de marfil. Fuente: UNEP/GRID-Arendal.

Mapa de las principales rutas de tráfico de marfil. Fuente: UNEP/GRID-Arendal.

Tanto sus colmillos como los cuernos de los rinocerontes (de los que solo quedan unos 5.000 en el continente), se han convertido en material de lujo y objeto de tráfico por mafias organizadas que los transportan hacia países asiáticos o Estados Unidos. Según Europol, cada quilo de marfil puede valer hasta 46.000 euros. Y a pesar de que China, Estados Unidos o países africanos como Kenia ya ha endurecido las penas hacia su comercio, y otros como Francia han prohibido su importación, la biodiversidad del continente está viéndose severamente amenazada.

La Convención sobre Comercio Internacional de Fauna y Flora ha hecho público recientemente un informe en el que advierte que la población de elefantes y rinocerontes sigue disminuyendo en gran parte de África por culpa de la caza furtiva.

El rey Juan Carlos, posando junto a un elefante tiroteado en Botsuana durante una cacería en 2012. Imagen de Rann Safaris.

El rey Juan Carlos, posando junto a un elefante tiroteado en Botsuana durante una cacería en 2012. Imagen de Rann Safaris.

En España, aún hay personas que pagan para practicar ilegalmente la caza furtiva como deporte. Tal fue el polémico caso que en 2012 protagonizó el rey Juan Carlos I, cuando salió a la luz una foto suya junto a un elefante tiroteado durante una cacería en Botsuana. Y a pesar de que Botsuana ya ha prohibido la caza furtiva, España sigue siendo el mayor importador de trofeos de caza de león (o sea, cabezas de león para exhibir en las paredes) de toda la Unión Europea.

El Proyecto del Cuerno Cerrado o Locked Horn Project es una iniciativa de la empresa social sudafricana African Creative, que emerge para sensibilizar tanto a las comunidades locales como a los turistas que visitan Sud África, de la necesidad de conservar las especies en peligro de extinción. Se trata de una empresa con conciencia medioambiental, que reutiliza materiales reciclables, comprometida con el comercio justo, la creación de empleos y los salarios dignos para sus trabajadores.

Ante la creciente ola de tráfico de cuerno de rinoceronte, que ha acabado con la vida de unos 400 animales de esta especie en Sud África tan solo durante el primer cuarto del 2015, el Proyecto del Cuerno Cerrado pretende aportar su granito de arena para frenar esta ola de terrorismo medioambiental que pretende acabar con los rinocerontes. En colaboración con Stop Rhino Poaching (Parar la caza furtiva de rinocerontes), el proyecto anima a turistas y compradores online de sus artículos a implicarse en la lucha contra la caza furtiva de animales en peligro de extinción.

¡Hazte con el tuyo y contribuye a la causa!

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El equipo del Proyecto Locked Horn, posando junto a sus rinocerontes con el cuerno cerrado.

 

 

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Investiga y escribe sobre ciudades africanas, derechos humanos y música. Le mueve la creatividad con la que construye futuro la juventud africana en contextos urbanos, especialmente en África del Este. Sus campos de trabajo son el periodismo escrito y radiofónico, la investigación o la gestión cultural. Cofundadora de Wiriko y coordinadora de Seres Urbanos (EL PAÍS), actúa como consultora independiente para entidades del tercer sector y actualmente, es Técnica de Cooperación Internacional en el Ayuntamiento de Girona. Licenciada en Filosofía (UB), posgraduada en Estudios Africanos y Desarrollo (UPF) y máster en Culturas y Desarrollo en África Subsahariana (URV).