Mali. Se puede luchar tocando

Aula Wiriko

Tinariwen pared azul de fondo

Tinariwen, grupo de origen tuareg del norte de Mali.

2ª Edición del Curso Introducción a las expresiones artísticas y culturales del África al sur del Sahara

Por Itziar Andonegui

(bajo supervisión y edición de la coordinadora del bloque de músicas)

Guitarras eléctricas, bajos eléctricos y baterías se casan con ngonis y koras tradicionales de una forma natural y sin conflictos, demostrando así que no tiene por qué existir conflictos entre la tradición y la modernidad. Del mismo modo, culturas distintas como las que cohabitan en Mali no deberían entrar en conflicto, siempre y cuando la diversidad y la justicia impere en el equilibrio del todo.

Sin embargo, Mali se ha visto sacudida desde 2012 por el separatismo de un grupo radical islámico con la obsesión de acabar con la diversidad y de imponer la ley islámica malinterpretada. ¿Cómo ha sido posible? ¿Cuál ha sido el atolladero histórico que ha dado lugar a la compleja situación que vive Mali?

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Malí y Azawad. Mapa Geopolicraticus.

Contexto histórico:

Mali, en el África Occidental francesa, es una región geográficamente dividida entre un Norte desértico y un sur más fértil. Por este motivo, la parte sur del país está más poblada y es cuna de diferentes poblaciones. Pero dentro de su diversidad cultural, Mali alberga dos grupos mayoritarios: los bamabaras -en el sur del país- y los tuareg o los hombres del desierto. El islam penetró en la región alrededor del siglo XII, cuando los pueblos de lengua árabe y cultura seminómada se adentraron en un ecosistema que compartirian con otros grupos como los Songhai o los Fulani (o peul).

Colonia francesa hasta 1960, Mali tuvo una colonización delicada, que provocó grandes batallas en el norte, reticente a ser sometida al ejército francés. A día de hoy, la separación entre norte y sur responde, no solamente a las diferencias del medio o las distintas tradiciones históricas, sino a ese recelo del norte ante el imperialismo occidenta, que lo llevó a liderar el anti-colonialismo. La capital colonial, Bamako, situada en el sur, sigue siendo la capital nacional a día de hoy. No, sin el reclamo por parte del norte de sus derechos como nación independiente.

En junio 1960, cuando se consigue la independencia de Malí, el gobierno del primer presidente Modibo Keïta, establece un gobierno socialista africano, intentado aplicar medidas de desarrollo e integración regional. Y a pesar de que la larga tradición separatista del norte no tiene consecuencias dramáticas durante las primeras décadas de la república maliense, en 2012, un golpe de estado en el norte, pide la independencia de la región. Los líderes del golpe, el Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA), fueron apoyados por Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), y se desencadenó una ola de violencia que sumió Mali en el silencio.

Cómo entender Mali a través de la música:

abderrahmane-sissakos-timbuktuLa imposición de la sharia en Mali, o la aplicación de las leyes islámicas llevadas al extremismo, se puede analizar de forma transversal en la película “Timbuktu”, dirigida por Abderrahmane Sissako. Timbuktú es un fenómeno audiovisual producido en 2014 y que actualmente, está de gira por el mundo. En Timbuktu, el día a día de la ciudad maliense sirve de espejo del terror consecuencia de la imposición de unas leyes que prohiben escuchar música, reír en la calle, fumar, jugar al fútbol… ¿Se puede prohibir la música en un territorio donde la música forma parte inseparable de la cultura?

En Mali, con una importante cultura griot, narradores de la historia a través de la música, hombres y mujeres como Oumou Sangaré siguen la herencia cultural de sus ancestros y cuentan la historia de familias y vecinos. La música es indisociable de la sociedad, de forma indistina, en Norte y Sur del país. En el África Occidental, la figura del griot es crucial para la transmisión oral de la historia, los valores y el folklore.

Todo eso entra en contradicción, convulsiona y colapsa, cuando las leyes impuestas por el grupo radical emergido del norte del país son impuestas por la fuerza a través del golpe de estado. La sharía se convierte en una herramienta de imposición de una parte de los tuaregs que se toman la justícia por su mano, y como se refleja en la película Timbuktu, la música acaba siendo prohibida. Muchos de los músicos malienses, uno de los países con más producción musical de todo el continente africano, se han tenido que exiliar. Algunos de ellos, a pesar de luchar por la independencia del norte de Mali y ser de religión musulmana, como por ejemplo el grupo Tinariwen, no entrarían ni en los canones de pureza cultural defendido por el MNLA en la región Azawad. Los miembros de , a pesar de todo, siguen luchando desde la diáspora con sus instrumentos como armas de fuego y ya llevan 30 años en el exilio, ya que fueron expulsados por el gobierno centralista de Moussa Traoré por reivindicar los derechos del norte del país. Así que ni con el centralismo del Sur, ni el radicalismo de parte del norte, los tuaregs Tinariwen son binvenidos en Azawad.

Otra banda perseguida por los radicales del MNLA durante el golpe fueron Songhoy Blues, un grupo que basa su sonido en el blues forjado por Ali Farka Touré, estrella que popularizó los sonidos de Mali en todo el mundo. Los jóvenes de Shongoy Blues tuvieron que huir de Tumbuctú por amenazas de los radicales islamistas, y hoy, como tantos otros, siguen luchando por dar a conocer un conflicto presente e ignorado. En “They will have to kill us first: Malian music”, que se estrenará en otoño del 2015, se trata la penosa situación que han vivido, y que en algunos casos siguen viviendo, los músicos malienses en su propia tierra.

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Wiriko nació en 2012 como asociación cultural para la divulgación y promoción de las artes y culturas africanas. Wiriko.org, su principal proyecto, es el primer Magacín 100% dedicado a las Artes y las Culturas Africanas del Sur del Sáhara en lengua castellana. Una ventana para dar a conocer las realidades culturales contemporáneas de África y una plataforma para acabar con su desconocimiento y estereotipos. Como herramienta colaborativa para la interconexión y la cooperación cultural, impulsa un África muy distinta a la de los cuatro jinetes del Apocalipsis (guerra, hambre, pobreza y destrucción), y fomenta una visión más realista de lo que se produce, a día de hoy, en el continente africano.
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  1. […] se les unió el baterista Nathanael Dembéle y juntos, publicaron su primer álbum en 2015 llamado Music in Exile, a la vez que protagonizaban el documental They will have to kill us first. Este año ha visto la […]

  2. […] They Will Have to Kill Us First o “Antes tendrán que matarnos”, dirigido por Johanna Schwartz, se centra en cómo la prohibición de la música impuesta por la Sharia en el territorio del Azawad (norte de Mali), ha puesto en peligro una de las formas más importantes de comunicación e intercambio cultural del país. […]

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