Set/Setal: cuando el malestar construye
4ª Edición del Curso Introducción a las expresiones artísticas y culturales del África al sur del Sahara
Por Paula Calvo
Set/Setal que literalmente significa limpio/limpiar, es un movimiento social, especialmente de gente joven (jóvenes, desempleados, miembros de partidos políticos, políticos descontentos) que sacudió la escena política senegalesa en la década de los 80. Durante 1988-89, las paredes de las ciudades senegalesas y en especial las de Dakar y sus suburbios, fueron transformadas con pinturas. El desencanto reinante coincide con la emergencia de una identidad urbana propia en la capital, llevando a las calles una estética revolucionaria.
Este movimiento, que atacó a las clases dirigentes y redefinió los espacios públicos, no supuso una ruptura abrupta con la memoria nacionalista, sino que reorganizó y recompuso la herencia histórica.
Fue un movimiento particularmente urbano y su marco de referencia estuvo situado en Dakar, centro de poder y atracción para los jóvenes que huían de la crisis agrícola y de la sequía.
En ese tiempo, Senegal implementaba un programa de ajuste estructural y en muchos casos, el Estado se retiró de la salud y la educación, degradando y empobreciendo la administración pública. Además, la redistribución desigual del poder y la riqueza, la disonancia entre la ostentosidad y el discurso de la clase dirigente, las condiciones de vida de una población que incrementaba su marginalización y empobrecimiento, y la incapacidad de la clase dirigente, crearon una enorme aflicción, una profunda angustia y el temor de un futuro incierto, que fueron decisivas para la movilización de la juventud, activando y actualizando el poder con símbolos innovadores.
Set/Setal se gestó en los distritos de la periferia, donde carecían de los equipamientos adecuados para ocuparse de la limpieza, de la recogida de la basura doméstica y del vertido de las aguas sucias. Debido al coste que supondría su aplicación y a que las propias características de estos distritos lo hacían inviable, la recogida de la basura doméstica se convirtió en el principal problema de la ciudad, acumulándose en las calles con el consiguiente riesgo para la salud de la población.
La gente joven y marginada, que originalmente pensaba que los servicios públicos eran los únicos responsables de la limpieza del entorno, decide movilizarse y tomar parte activa en esta limpieza, inaugurando una nueva era en Senegal.
Este movimiento se dará en dos vertientes. Por una parte el orden y la limpieza del territorio y los lugares públicos, trabajando contra la marginalización, la prostitución y la delincuencia. Por otra parte, la limpieza moral de la corrupta clase dirigente y sus actividades económicas no reguladas. Es por lo tanto una oposición, tanto a la degradación ambiental, como a la crisis de la transición democrática.
Durante la presidencia de Senghor, la construcción de la memoria nacionalista estaba unida al poder estatal, la visión estética de la clase dirigente fue dictada y subvencionada, se exhortó a hablar en francés y la identidad fue estudiada y elaborada de una forma artificial, de acuerdo al momento que se estaba viviendo (la creación de un país). Sin embargo, la disolución de la herencia de la negritud y el socialismo africano, la desaparición de plazas para exposiciones, la crisis financiera, la orientación de la escuela de bellas artes y la degradación del medio urbano, contribuyeron a la reorganización de la ya obsoleta visión del nacionalismo del pasado y se constituyeron creaciones artísticas que legitimarían una nueva identidad urbana.
Como respuesta a la rápida degradación de la infraestructura pública, se da una variada expresión musical y visual que se enfoca y exalta la cultura de la ciudad: los parques, los cuales se habían convertido en sórdidos baños públicos, fueron arreglados, decorados y restaurados para su objetivo original; las calles, nombradas con las letras del alfabeto, fueron bautizadas con el nombre de personalidades locales (marabouts, líderes espirutuales, la estatua de la libertad, héroes anticoloniales de la historia senegalesa, personajes de futbol etc.); el wolof fue escrito por primera vez, en dos cómics de esa época; nace un nuevo género de canciones celebrando la ciudad y su gente (Set de youssou ndour, ndakaaru de Baaba Mal etc.).
Los murales que aún decoran las paredes de Dakar y alrededores (que aluden tanto a la cultura fast food, como a referentes juveniles, prácticas higiénicas, personalidades religiosas, políticas o deportivas), son testimonio de un momento histórico concreto y el reflejo de las preocupaciones, deseos, admiraciones y esperanzas de una población que está construyendo su identidad, ya no de manera forzosa o artificial como se hizo necesariamente en la creación del Estado, sino que es una identidad espontánea, creativa y creadora. Fuertemente motivada y que cuida de sí misma, reflejo de una dignidad restaurada. Que se apropia de un nuevo espacio y al contrario que con Senghor, lo hará de una manera local, siendo el wolof su estandarte.
Hoy el movimiento Set/Setal, no ha se ha mantenido debido a la falta de medios y por los intentos de recuperación política. A pesar de ello, el espíritu fundador y el compromiso para cambiar la ciudad pervive y ha abierto el campo a una nueva estética referente para los artistas de calle.
Bibliografía y fuentes:
- Gefame. Journal of African Studies
- Habitat
- Cahiers de narratologie
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