En busca del duende africano
*Artículo escrito por Maria Colom.
Nos encontramos en Kampala, en el Teatro Nacional de la capital ugandesa. Algunos jóvenes se han reunido allí para asistir a una clase especial y, a priori, algo lejana. Agnes Kamya quiere enseñar y transmitir un lenguaje que permita, a estos jóvenes curiosos, expresarse de una forma única, quiere enseñarles a bailar Flamenco. “De hecho, el poderoso sentido rítmico del Flamenco viene de los negros africanos, en lugar de los gitanos”. Con esta frase de Antonio y David Hurtado Torres, publicada en el libro y disco La llave de la música flamenca, empieza el proyecto audiovisual En busca del Duende africano – El proyecto del Flamenco en Uganda, de la directora Caroline Kamya.
Este proyecto nació de la mano de las hermanas ugandesas Agnes y Caroline Kamya. Tras descubrir el baile flamenco en el Reino Unido, donde estudiaba ingeniería, antropología y cine, y mientras escribía su tesis doctoral, Agnes decidió mudarse a Sevilla para poder seguir investigando y aprender más acerca de este arte. “Recuerdo que tomé mi primera clase de baile Flamenco en Londres. Entonces no tenía ni idea de que esa clase cambiaría mi vida. ¿Cómo podía yo, una mujer ugandesa, sentir una conexión tan fuerte con un baile típico español? Como antropóloga que soy, hice una primera investigación y encontré algo que me sorprendió: un elemento africano. Tuve que irme a España a investigar”, cuenta Agnes Kamya en En busca del Duende africano.
Y es que son muchas las evidencias que plantean dudas acerca del origen de la música y el baile flamencos, otorgado popularmente a los gitanos. ¿Y si hubieran sido los negros que llegaron de África a partir del siglo XVI mediante el comercio de esclavos, una de las mayores influencias de este arte? Esto se plantea en el documental Gurumbé, del cineasta español Miguel Ángel Rosales. Con el inicio del comercio de esclavos, la sociedad andaluza pasó a ser muy heterogénea, por lo que, según cuentan en el documental, es muy difícil determinar qué elementos de la cultura, la música y el baile son negros, gitanos o andaluces. Según afirma Raúl Rodríguez, músico y antropólogo cultural, para Wiriko, «el sistema rítmico flamenco está construido sobre una base mestiza con una fuerte influencia de las danzas que fueron traídas por los africanos esclavizados«.
Se han llevado a cabo algunos estudios que permiten apreciar una influencia y una relación directa entre las estructuras y la forma de la música flamenca con África. «Según lo que conozco, podemos encontrar varias líneas de conexión claras: el ritmo de la Zarabanda, derivado de las danzas africanas y expandido por ambas orillas atlánticas en el S. XVI (y que fue tan popular que llegó a prohibirse), parece ser el primero que condensó la célula rítmica de la “Hemiolia” sobre la que se asientan los compases de 12 tiempos que hoy tenemos en el Flamenco. Bulería, Soleá y Seguiriya pueden tener una relación directa con aquellas danzas, en un desarrollo mestizo y condensado en Andalucía durante cientos de años«, cuenta Raúl Rodríguez, y que pronto también publicará en su próximo libro-disco La raíz eléctrica. Pero este capítulo de la historia ha quedado silenciado porque siempre se ha considerado al negro como el otro y el esclavo.
Pero, “¿Qué pasa con el «duende»? ¿Puede una mujer negra africana tener duende? Me pregunté si sería capaz de destapar esta historia negra del Flamenco, si podría encontrar mi duende africano”. Con este objetivo, Agnes volvió a Uganda y, junto a su hermana, la directora y productora Caroline Kamya, decidieron poner en marcha el proyecto documental En busca del Duende africano, un proyecto para enseñar el baile Flamenco en Uganda y buscar las raíces negras de este arte. En 2014, hicieron la primera clase de Flamenco en el Teatro Nacional de Kampala con un grupo de jóvenes curiosos que querían aprender este baile. “Les encantó y pidieron aprender más”, cuenta Caroline Kamya para Wiriko.
En estos momentos en que la industria del cine se está desarrollando en Uganda, el proyecto de las hermanas Kamya sigue su proceso. Siguieron dando clases y empezaron a grabar el documental. “Hemos terminado el desarrollo del proyecto y estamos recaudando fondos para completar la producción. Buscamos más patrocinadores, más productores ejecutivos; queremos llegar a 1000, con algunos españoles”, explica Caroline.
Y es que el «duende» lo puede sentir todo aquel que esté enamorado de la vida. «Sueño con el día en que podamos compartir soniquetes y reencontremos los ritmos hermanos, de nuevo juntos, festejando en torno a la misma candela«, acaba Rodríguez.
En busca del Duende africano quiere encontrar el alma de este baile en Uganda, el duende como la habilidad de transmitir y evocar emociones; y por el momento lo ha logrado. “Está en el ADN africano y en el de nuestros difuntos en España. El español contemporáneo tiene nuestro ADN en la sangre, en el espíritu, en la arquitectura, en la comida, en la música y en la danza; y nuestros bailarines lo demostraron”, sentencia Caroline.
Dos hermanas dedicadas al cine
Cuando solo eran unas niñas, las hermanas Kamya huyeron a Kenia con su familia para escapar de la guerra en su país. Más adelante, cuando los padres pudieron volver a Uganda, decidieron mandar a las hijas a estudiar a Inglaterra y, las dos, de una forma u otra, terminaron relacionadas con el mundo del cine. Agnes trabaja como guionista, mientras que Caroline es una galardonada directora y productora. Su trabajo más conocido es la película Imani, con la que ganó el premio a mejor directora en el Festival de Cine Africano de Tarifa el año 2010.
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