Una caravana africana de obras y escritores
Un cuentacuentos, una slammer (poesía declamada) y ocho escritores parecen una interesante representación de la actividad literaria y una muestra bastante representativa de una diversidad de manifestaciones en las que se encuentran los géneros más tradicionales y los más innovadores, los que beben de la tradición oral y los que la están constantemente repensando. Este abigarrado grupo ha formado una caravana que ha recorrido cinco ciudades togolesas acercando la cultura a algunas localidades periféricas que habitualmente no tienen acceso a la actividad literaria.
620 kilómetros separan Dapaong, en el norte de Togo, y Lomé, capital del país situada en el extremo sur, ya en la costa del Golfo de Guinea. Esos 620 kilómetros transcurren por la NI, la principal carretera que hilvana de norte a sur uno de los países más pequeños del continente africano. Ese ha sido el itinerario recorrido durante una semana por esos 10 literatos, todos ellos togoleses, que trataban de acercar las letras a escenarios que están fuera de los circuitos habituales. Las ciudades que incluía el camino de esta comitiva son cinco de las seis urbes más pobladas del país y, sin embargo, solo Lomé supera ampliamente los 100.000 habitantes, con 1.750.000 almas. Dos de ellas están ligeramente por encima de ese rango: Sokodé (115.000) y Kara (110.000); Atakpamé tiene 85.000 habitantes; y Dapaong apenas está por encima de los 50.000 vecinos.
Las actividades de la campaña se han desarrollado en universidades, institutos y diversos centros educativos, pero también en espacios más inusuales. Los literatos se encontraron con los reclusos de un centro penitenciario en Dapaong y con los jóvenes de un centro de ocio en Kara. Todo para bajar la literatura de un pretendido pedestal.
Kangni Alem es uno de los escritores togoleses con más proyección internacional, uno de los autores que han participado en la caravana y también el director artístico del Festival literario Filbleu. Alem hace una interpretación muy simple de lo que suponía para los literatos participar en esta iniciativa. «Los encuentros físicos permiten a los escritores discutir sobre sus obras con sus lectores reales o con los potenciales para descubrir cuáles son los inconvenientes para la recepción de sus obras literarias», explica el escritor que ha recibido, entre otros, el Grand Prix Littéraire d’Afrique Noire.
La fórmula de la caravana no solo divulga las producciones literarias togolesas, sino que además compone una receta que demuestra a los receptores que la literatura es atractiva. Las claves de esa pócima están formadas por el valor seguro de los cuentos tradicionales que representaba Bessan; el magnetismo de la poesía declamada contemporánea de Wapondi, una poetisa que representa el vínculo entre los versos y la juventud; y un grupo de escritores de diferentes géneros, entre los que se contaban el propio Alem y, por ejemplo, Sami Tchak. Posiblemente, Tchak es el escritor togolés más conocido fuera de las fronteras del país.
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[…] a la corrosión que provoca el ácido propio del estilo de Sami Tchak. Este autor, posiblemente, el más popular de los escritores togoleses contemporáneos se ha caracterizado por mirar muy de refilón los límites, lo justo para saber […]
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