El feminismo se queda huérfano de Buchi Emecheta
Curiosamente ella misma se desmarcó del feminismo y contrapuso su postura diciendo que sólo era una mujer, alineándose así en el womanism. Sin embargo, sus historias hablaban mucho más alto que las etiquetas y, seguramente de lo que ella huía era de una clasificación concreta del feminismo, de lo que a veces se considera feminismo clásico y no deja de ser una interpretación constrictora en la que se imponen los cánones occidentales. A pesar de renegar, o más bien de apartarse con cierta modestia, Buchi Emecheta enriqueció el feminismo, lo hizo más abierto y le incorporó visiones poco extendidas. Por eso, aunque seguramente muchas personas no los saben, el feminismo se quedó un poco huérfano el pasado 25 de enero.
Buchi Emecheta, una de las autoras nigerianas de referencia, falleció en Londres a los 72 años de edad y dejando una amplia bibliografía, pero sobre todo un ejemplo. A menudo es considerada como pionera en una literatura que por fin reflejaba los padecimientos femeninos para enfrentarlos y derribar las discriminaciones. Esa postura, ella la adoptó con naturalidad, sin aspavientos, como quien de pronto abre una puerta que todos antes hubiesen negado que existiera. Esa naturalidad de Emecheta, probablemente bebe de su propia experiencia.
Hablaba en sus novelas de los matrimonios precoces y sabía de lo que hablaba porque fue comprometida a los once años y casada a los dieciséis. Hablaba del choque de culturas con autoridad porque emigró a Londres junto a su marido. Hablaba de las desavenencias conyugales, sabiendo de lo que hablaba porque su matrimonio, mientras duró, no fue un lecho de rosas. Hablaba de las situaciones de discriminación y sometimiento a las que se ve la sometida la mujer, porque su esposo se resistió a que publicase su primera novela e, incluso, quemó su manuscrito. Hablaba de la necesaria independencia femenina, precisamente porque puso fin a su convivencia conyugal, cuando al consorte le dieron esos accesos de piromanía literaria. O hablaba de la maternidad y de la fuerza de la crianza, porque ella sola se ocupó de sus cinco hijos, cuando prefirió la literatura y la libertad al yugo de un ignorante.
Curiosamente, pronto fue considerada una “joven escritora británica” por los que no tienen reparo en atribuirse los méritos de los demás y a pesar de que es un absoluto referente, su vitrina de premios no ha estado especialmente llena. Muchas y muchos son los que descubrieron la literatura africana con Buchi Emecheta. Otras tantas y tantos, descubrieron con esta novelista nigeriana la literatura de mujeres. Y otros y otras simplemente disfrutaron de una contadora de historias capaz de conseguir que las vidas de personajes, más o menos, cotidianas reflejasen la épica de las mujeres anónimas, la lucha de la gente de la calle, la historia de las pequeñas historias.
Lo cierto es que esos escasos reconocimientos en vida, no fueron excesivamente contestados, seguramente porque la altura de la escritora estaba por encima de toda valoración y porque el apoyo de sus incondicionales ni siquiera se fijaba en tan banales homenajes. Eso sí, una vez fallecida, sus obituarios han llenado las páginas de la prensa internacional. Entiéndase este comentario simplemente como una constatación de la realidad y no como una crítica, básicamente, porque la muerte de Emecheta ha sorprendido a esta sección sin haberle dedicado ninguna reseña.
En los tiempos en los que otra autora nigeriana, Chimamanda Ngozi Adichie, se abre paso con un discurso refrescante sobre un feminismo alegre, no se puede olvidar a esa otra madrina que se atrevió a romper algunos límites, precisamente, sin estridencias y sin buscar ni esperar reconocimiento.
Como despedida me quedo con un tuit de una experta en estas disciplinas a través de la cuenta de @literafricas:
Falleció ayer
Nos la trajo @alcojor para #100lecturasafricanas#BuchiEmecheta fue una de mis primeras lecturas
Todavía sigo leyéndola pic.twitter.com/BQcVWnST1O— Ese Caleidoscopio (@LitERaFRicAs) 26 de enero de 2017
Nuño, gracias por presentarme a es escritora. En esta parte del mundo son inaudibles estos nombres deescritoras africanas.