Caras y cruces en el Caine Prize 2015
Acaba de producirse uno de los anuncios más importantes del año para la literatura africana, la lista de finalistas del Caine Prize. La verdad es que se trata sólo de uno de tantos premios, ni siquiera es el mejor dotado. Sin embargo, con el paso del tiempo, los finalistas de este premio y sus ganadores han protagonizado interesantes trayectorias profesionales. La publicidad que lleva este aparejada este galardón y el prestigio que ha ido cultivando lo han convertido en uno de los premios más deseados, sobre todo, entre los autores que intentan abrirse paso.
Sin embargo, el anuncio de esta lista de finalistas suscita aplausos y abucheos. Por un lado, los cinco aspirantes ponen de manifiesto que la literatura africana goza de buena salud y que tiene un próspero futuro garantizado. Por otro, los responsables del premio no han superado algunas de las críticas que se les han planteado en las últimas ediciones, como la preeminencia de escritores de origen africano que escriben desde el extranjero o un cierto vicio de regencia de la literatura africana por parte de organizaciones del norte.
Una de las novedades de esta edición es lo que los responsables del premio consideran una muestra de madurez del premio. Ha llegado a su decimosexta edición por lo que no era de extrañar lo que ha ocurrido. La lista incluye a un escritor que ya ha ganado en una ocasión el premio y a otro más que en ediciones anteriores también fue preseleccionado.
Los autores de los relatos seleccionados son los nigerianos Segun Afolabi y Elnathan John, los sudafricanos FT Kola y Masande Ntshanga y la zambiana Namwali Serpell. Tres hombres y dos mujeres. Pero la mayoría de ellos asiduos de los premios internacionales y de las becas para escritores. El nombre más desconocido de esta nómina es el de la sudafricana FT Kola, cuya única historia publicada es precisamente la que le ha valido esta preselección “A Party for the Colonel”, editada en diciembre de 2014 por la revista neoyorkina One Story.
Sin embargo, los otros autores tienen ya una amplia experiencia en lides como la de la lista de finalistas del Caine Prize. Sin ir más lejos, el nigeriano Segun Afolabi ya fue galardonado con este mismo reconocimiento en 2005, por su relato “Monday Morning” publicada en la revista británica Wasafiri. A partir de ese momento, el escritor publicó su primer libro, una antología de relatos breves titulada A Life Elsewhere y después su primera novela, Goodbye Lucille. El primero de los trabajos apareció en la lista de finalistas de la premio para escritores de la Commonwealth y el segundo, recibió el Authors’ Club Best First Novel Award. Uno de los temas preferidos del autor es el desarraigo y para ello coloca a sus personajes en entornos que les son ajenos, una especie de ejercicio de descontextualización que enfrentan a sus protagonistas a la soledad, la nostalgia o la pérdida.
Los trabajos de Namwali Serpell también habían atraído ya la atención de los jueces del Caine Prize. Ocurrió en 2010 y su relato “Muzungu”, que era el primero que la zambiana conseguía publicar, no fue definitivamente escogido como ganador. Lo mismo le había ocurrido el año anterior en el Best American Short Stories. Si que consiguió hacerse con otros premios y fue reconocida, por ejemplo, siendo seleccionada para la antología Africa39 de la que hemos hablado en varias ocasiones en esta sección y que recogía los trabajos de los 39 escritores africanos menores de 40 años con un futuro más prometedor. A pesar de que sus relatos se han publicado en un considerable número de publicaciones su primer libro acaba de ser publicado, pero no es un compendio de relatos cortos sino un libro de crítica literaria.
Otro de los finalistas aparece también con una primera novela recién salida del horno. Se trata del sudafricano Masande Ntshanga. The Reactive fue publicada el año pasado. Ntshanga habla sobre el abuso de drogas, pero también sobre el peso de la conciencia y sobre la responsabilidad que siente un joven buscavidas hacia la familia de la que se ha desvinculado para construir su propia historia. En The Reactive hay ambiente urbano pero también reflexión psicológica, hay misterio y también sentimientos. Este joven escritor sudafricano también sabe lo que es aparecer en una lista de finalistas. De hecho en 2013 fue el ganador de otro prestigioso premio internacional, el PEN International New Voices Award.
Y por último, Elnathan John no puede presentar como credencial una novela. De hecho su trabajo que se ha anunciado para este año es uno de los lanzamientos más esperados de su Nigeria natal. Es uno de los autores de Cassava Republic Press y entre la promoción previa y la actividad del propio autor, tanto en su blog como en las redes sociales, da la impresión de que John fuese ya un referente consolidado de la literatura nigeriana.
Los cinco relatos finalistas:
«The Folded Leaf» de Segun Afolabi.
«Flying» de Elnathan John.
«A Party for the Colonel» de F. T. Kola.
«Space» de Masande Ntshanga.
«The Sack» de Namwali Serpell.