Eugène Ebodé: la voz camerunesa de Rosa Parks
Con una carta de la propia Rosa Parks, la icónica “primera dama de los derechos civiles” en Estados Unidos, se abre la novela La Rose dans le bus jaune, la última del escritor camerunés Eugène Ebodé, publicada hace poco más de un año en Francia. En esa primera misiva, Parks hace balance de su actividad en el movimiento para poner fin a las leyes segregacionistas en Estados Unidos, un movimiento del que se convirtió en icono cuando en 1955 se negó a ceder su asiento en el autobús a un pasajero blanco y fue detenida por ello. Ebodé hace en esta historia que la misma Parks, en primera persona, haga el repaso de lo que supone estar inmersa en un movimiento tan revolucionario y tan influyente como el de la defensa de los derechos cívicos, incluidas las contradicciones y los torbellinos emocionales.
Ebodé no pretende engañar a nadie, La Rose dans le bus jaune no es una biografía, es una novela o, como él mismo señala, una bioficción. Sin embargo, el escritor camerunés ha realizado un titánico trabajo de documentación durante el que llegó incluso a cartearse con la que después sería protagonista de su novela. Con esta labor previa, el autor consigue que el relato que hace en boca de Parks sea fiel, aunque aderezado con algunos personajes y acontecimientos ficticios orientados a novelar los hechos. Ebodé confiesa que llegó a Parks de manera indirecta cuando en realidad se interesaba por el movimiento de lucha por los derechos civiles, deslumbrado por su líder, Martin Luther King. Sin embargo, el episodio de Parks en aquel autobús amarillo de Montgomery (Alabama) se considera la chispa que encendió la marea antisegregacionista y por ello era imposible que Ebodé no tropezase con él. Lo que no esperaba era que el interés por Parks, incluso desplazase el del doctor King. Al parecer, el autor escribió primero La Rose dans le bus jaune en tercera persona, pero le pudo la necesidad de sentirse más cerca del personaje y por eso hizo que la propia Parks contase su historia.
En esa primera carta de La Rose dans le bus jaune se muestra el primero de los golpes de efecto de la obra. Entre el repaso de la “primera dama de los derechos civiles” se cuela, precisamente, la historia del hombre blanco que pretendía ocupar su espacio en el autobús. Lo llama simbólicamente Douglas White. Evidentemente se trata de uno de los personajes ficticios de la historia, pero el motivo de su presencia en la narración no es del todo fruto de la imaginación. En el relato, Parks pretende rehabilitar a este personaje que se ha perdido en transmisión de los hechos (esa es la parte de verdad). La propia Parks se lamenta de este olvido y presenta al personaje como un individuo que impactado por el gesto de la activista pro derechos civiles, dedicó, a partir de ese momento, su vida a acompañar ese combate (esa es la parte ficticia).
Ebodé, proyecta en esta novela algunos de los elementos que ya habían aparecido en las obras anteriores del autor (numerosas, por cierto), como la sed de reconciliación y de construcción de una paz basada en la convivencia, así como las conexiones entre mundos aparentemente desconectados. Con estos, y otros rasgos, el autor camerunés derriba fronteras. No se sabe muy bien si lo hace siguiendo el ejemplo de esos luchadores por los derechos civiles o si “obliga” a esos activistas a comportarse como él quiere.
El novelista camerunés que quizá no aparece en la primera línea de los autores africanos con proyección internacional tiene, sin embargo, una carrera prolongada y exitosa (sin ningún título en castellano). Ha firmado seis novelas, cinco de ellas con la editorial francesa Gallimard y una con la argelina Apic, además de ensayos, relatos para obras colectivas y un libro de poesía. En La Rose dans le bus jaune, abandona aparentemente alguna tónicas habituales en sus novelas anteriores que tenían eminentemente una temática africana, en este caso sin embargo, el continente negro aparece sólo de manera colateral como el lugar en el que los protagonistas del relato se reencuentran con sus antepasados. Por otro lado, aparca relativamente un estilo propio que le había hecho enmarcarse en los que se considera realismo mágico africano.
Además de su productividad literaria (que se suma a sus trabajos para prensa), el autor ha recibido numerosos premios y se convirtió en 2010 en “caballero de las Artes y las Letras” uno de los máximos reconocimientos del ministerio de cultura francés. Previamente, en 2007 su novela Silikani había recibido el premio Prix Ève Delacroix de l’Académie française. Y, posteriormente, en 2012, recibió en Mali el premio Yambo Ouologuem, por su novela Madame l’Afrique.
La propia historia personal de Eugène Ebodé tiene también una novela en sí misma. Nacido en Camerún comenzó sus estudios en Yaoundé y Douala y pasó después por la capital de Chad, para volver después a Camerún antes de emigrar a Francia. En su vida hay episodios de carrera futbolística seleccionado, incluso, para el combinado nacional (en categorías inferiores) y también de asesor político. En este sentido se ha visto implicado en la vida política desde una segunda línea. Esta experiencia le ha dado para escribir sobre la política local, desde una perspectiva francamente crítica, tanto en lo que se refiere a las políticas de integración como a los manejos de los políticos y a las bajezas de algunos aspirantes.
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