Max Lobe desentierra la historia oculta de Camerún
La apuesta de Max Lobe puede interpretarse como una apuesta segura y, al mismo tiempo, es un desafío audaz, sin garantía de éxito. Parece una contradicción, ¿verdad? Y quizá lo es, pero lo cierto es que la elección de este joven novelista camerunés afincado en Suiza, tiene un poco de las dos caras de la moneda. Lo que sí que es más inequívoco es el resultado. Max Lobe ha ganado su apuesta, y el salón del libro de Ginebra le ha concedido el Prix Kourouma 2017 por su novela Confidences.
La apuesta de Lobe tiene un nombre propio y es Ruben Um Nyobè. Se trata de la figura a la que ha consagrado la novela premiada. Aparentemente Max Lobe ha jugado sobre seguro porque Ruben Um Nyobè es uno de los principales luchadores cameruneses por la independencia del país. Un revolucionario impenitente y cubierto por una pátina de autenticidad. La épica del personaje le convierte en una figura con una tremenda carga literaria, casi sin mayor esfuerzo.
Sin embargo, la moneda tiene una cruz. Las autoridades camerunesas de la independencia decidieron enterrar la figura de Ruben Um Nyobè en lo más profundo del olvido. Se trata de uno de esos personajes que cargó sobre sus espaldas con el peso de la lucha de independencia, pero que no pudo disfrutar de los beneficios de la victoria de su lucha porque su coherencia lo convirtió en un hombre incómodo. No es el único que se ha visto en esta situación, las indeoedencias de muchos países africanos guardan historias ocultas. Junto al padre de la lucha de emancipiación que llegó al poder y se hizo con la popularidad, a menudo hay un alterego que quedó en la sombra. En algunos casos, la dualidad respondía a una cuestión de carisma, en otros a diferencias ideológicas y en otros a simple coherencia.
Ruben Um Nyobè no superó la prueba de la historia, después de dar la vida por el combate que estaban manteniendo y ser asesinado en 1958 por las fuerzas francesas, fue sepultado por el olvido. Él no llegó a ver al país en libertad y las autoridades del país prefirieron que su nombre se fuese apagando poco a poco. Lobe no ha sido el primero en intentar rescatar al personaje. Antes ya lo hizo el intelectual también camerunés, Achille Mbembe. La diferencia es que el ejercicio de Max Lobe le permite unas libertades que Mbembe no tenía y que pueden hacer que la historia que cuenta el novelista tenga un impacto mayor.
De hecho, en Confidences, los críticos se han encontrado con un lenguaje cercano y un estilo narrativo fresco, en gran medida debido a que Lobe ha construido el personaje de una mujer mayor que desde una aldea cuenta su experiencia junto a Ruben Um Nyobè. La figura de esta narradora es la clave de la efectividad del relato.
De esta manera, la apuesta de Max Lobe ha tenido un considerable éxito, que se ha materializado en el Prix Kourouma que ha recibido durante el Salón du Livre de Genève. Lobé ya era, en realidad, una promesa de la literatura camerunesa que aparece como finalista de diversos premios en los últimos años y que ha recibido una cierta confianza del mundo editorial. Sin embargo, ha tenido que ser de nuevo un premio el que consolide a un novelista, en su cuarta obra. De nuevo, llama la atención que otra de las promesas de las literaturas africanas, en este caso de la camerunesa, surja de la diáspora. Pero se trata, apenas de una especie de incógnita que se abre. Max Lobe lleva trece años instalado en Suiza, pero su voluntad por intervenir en la sociedad de su país de origen es inequívoca. Ha mostrado su preocupación por la situación provocada por la lucha contra Boko Haram en Camerún a través de artículos de prensa. De la misma manera durante la promoción de Confidences Le Monde recogía unas declaraciones en las que Lobe aseguraba que sería «feliz si Confidences que destaca grandes figuras de la historia de Camerún, pudiese ser integrado en los programas escolares y vendido a un precio asequible en su país».