Profesionales de la escritura ya denuncian en los medios africanos los mercados de esclavos en Libia
El ACNUR, acredita en su último informe de 2017 que, en lo que llevamos de año, 111,397 personas llegaron a Italia por mar desde Libia. Así, el dossier evidencia una disminución del 30% de personas indocumentadas en comparación con las entradas durante el mismo período de 2016. No obstante, hay que tener en cuenta que antes de entrar a la costa europea, muchos y muchas de estas migrantes, especialmente quienes proceden del sur del Sahara, pasan una temporada en Libia: país dónde en los últimos meses se han destapado la persistencia de mercados de tráfico de esclavos. Esta información ha desencadenado la reacción y denuncia de un número considerable de periodistas, novelistas y blogueros/as.
La periodista que recordó al público la realidad de los y las migrantes sursaharianos en Libia fue Nima Elbagir. La periodista sudanesa de la CNN, con una larga experiencia en seguir de cerca y denunciar vejaciones a seres humanos, consiguió filmar y hacer llegar a las pantallas del mundo la trata negrera en la frontera sur de Europa, después de que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) denunciara, en su informe de abril de 2017, la existencia de mercados de esclavos en Libia.
La trata negrera, la misma que se producía en el comercio transatlántico como ha declarado Felwine Sarr, escritor senegalés, en Le Monde. El también economista y músico, describe en su artículo-denuncia el trato desde la cosificación que se les da a los y las jóvenes sursaharianas, comparándolo con el sometimiento típico del comercio de africanos/as: «Los cuerpos de estos jóvenes negros africanos son volátiles, alienables, materiales; se los puede someter a los peores trabajos e inhumanidades«. Así, parece no pasar el tiempo para las relaciones entre traficantes y esclavos.
Quien también ha denunciado durante el último mes esta esta continuidad del pasado ha sido Alain Mabanckou, escritor congoleño. En Le Point d’Afrique declaraba que la situación de Libia no es un hecho aislado en la historia, pero que tampoco era casualidad que se encontrase en este territorio, ya que «la trata negrera también se desarrolló por árabe-musulmanes en el África Sursahariana», y contribuyó consecuentemente al racismo actual del Magreb. Una discriminación que, como denuncia Mabanckou, lleva a tener en condiciones pésimas a las personas esclavizadas; siendo a menudo, víctimas de enfermedades como el cólera o la peste.
En cuanto a las condiciones de los y las migrantes en Libia también ha hablado Margaret Agwu. La columnista nigeriana escribía a principios de mes en Lionspot poniendo especial énfasis en el género. Explica que al margen de las imágenes editadas y difundidas, mujeres, niñas y niños sursaharianas son sujetos de venta en el mercado sexual, lo cual es doblemente preocupante: Por la invisibilización, pero también por los trabajos a los que están obligadas. Agwu ha responsabilizado de los hechos a la élite política de la Unión Europea y la Unión Africana. En Lionspot, declaraba: «Este tipo de situación requiere de un esfuerzo activo y rápido por parte de los gobiernos para repatriar a sus ciudadanos antes de que se pierdan vidas«.
Edith Yah Brou, destacada bloguera marfileña, mediante su cuenta de twitter ha compartido el relato de las personas enviadas a sus países . Además, a través del mismo espacio virtual ha denunciado la pasividad de las autoridades y ha pedido públicamente explicaciones a los representantes políticos “africanos y libios”.
Otra de las personalidades conocidas que ha manifestado su indignación ante la trata negrera en Libia ha sido Reuben Abati, columnista nigeriano, en African Glitz dónde ha aprovechado para destapar los casos de personas aliadas de los/as traficantes. Él detalla el rol de algunos de sus paisanos suyos que «están también involucrados en el tráfico y la deshumanización de sus propios compatriotas», basándose en las declaraciones de testimonios devueltos a Nigeria. Igualmente, recuerda en su escrito el contexto político en Libia, declarando que el derrocamiento y asesinato de Gadafi en 2011 ha propiciado la actual falta de solidaridad entre africanos y africanas, ya que el difunto político, considerado pan-africanista, alentó las relaciones entre las naciones africanas.
En su denuncia del mercado de esclavos/as, Emmanuel De-Graft Quarshie en Modern Ghana también responsabiliza a los líderes políticos. El columnista ghanés empieza su declaración con la cita de Steve Biko: «La herramienta más poderosa del opresor es la actitud del oprimido», a la cual le sigue una crítica al rol de los políticos de los países de origen por su desatención en la prevención de las migraciones. De-Graft lo evidencia criticando la gestión de los países africanos a los desafíos macroeconómicos que empujan a grandes cantidades de jóvenes a migrar.
Pero no es el único, la novelista camerunesa Hemley Boum, también ha usado los medios para denunciar el papel de los representantes políticos africanos. Concretamente ha escrito en Le Monde Afrique sobre las oligarquías que impiden a los líderes políticos centrarse en las prioridades locales y sobre todo en garantizar la seguridad de los y las ciudadanas, evocando así a las migraciones en pésimas condiciones. Sin embargo, no sólo responsabiliza las autoridades africanas, sino que menciona la corresponsabilidad de los dirigentes europeos, que limpian suimagen enviando aviones para repatriar a sursaharianos/as y «les ofrecen 100 para permitirles iniciar una nueva vida», como critica en el medio francófono.
Empero, a esta crítica se le une la escritora maliense Aminata Traoré, quien publicaba un vídeo difundido por Maliweb, dónde pedía explicaciones a los políticos europeos por las trabas al derecho de movilidad de los africanos y africanas. Traoré considera que la supresión de estos obstáculos hubiese podido prevenir las vejaciones a sursaharianos/as en Libia. Del mismo modo, critica el modelo capitalista que, declara, fomenta la esclavitud actual y a modo de conclusión propone la consolidación un modelo alternativo de desarrollo.
Así mismo, con la reflexión de Traoré y la invitación a cambiar esta situación que aporta Margaret Agwu: «Esto es real. Esto está pasando. Necesitamos dejar de estar callados y calladas. Protesta, reclama, presiona, haz ruido. Pensamientos y plegarias solas no pueden llegar lejos».