El Annus Horribilis de los festivales africanos
El año 2016 pasará a la historia como uno de los peores años para el panorama cultural africano. Uno tras otro, los organizadores de algunos de los festivales más importantes del África Negra fueron anunciando a finales de 2015 la cancelación de algunas citas tan importantes como el Festival Internacional de las Artes de Harare (HIFA) o el Sauti za Busara en la isla de Zanzíbar.
Esta sucesión de malas noticias se debe a varios motivos, pero es sobre todo por la falta de fondos que se ha convertido en la principal némesis de los festivales. En los últimos años estas citas han perdido un enorme apoyo internacional lo que está condenando a una especie de extinción sin remedio. A esto habría que sumar la falta de interés gubernamental y empresarial a la hora de financiar cualquier tipo de expresión artística.
El festival Infecting the City de Ciudad del Cabo sí que se celebró finalmente. Tras plantearse en 2015 seriamente si seguir adelante, los organizadores decidieron realizar un cambio en el programa. Si el año anterior la cita se concentró en unos días, este año se han celebrado dos sesiones, una a finales de marzo y otra a mediados de abril. Cape Town se infecta con la energía de las artes escénicas, donde el teatro y la música llegan a cada rincón de la ciudad. Si por algo destaca el ITC es por haberse convertido en uno de los mejores escenarios posibles para las artes locales y urbanas sudafricanas.
Igualmente Tanzania ha sufrió un duro golpe al conocerse que el Sauti Za Busara de Zanzíbar tampoco tendría lugar en 2016. El éxito de Sauti residía en su capacidad de atraer a la pequeña isla una ingente cantidad de público de todo el continente africano, de Europa, Estados Unidos y Asia. Debido a la falta de fondos parece que el continente africano está perdiendo algunos de los mejores exponentes que permitían dar el salto y difundir las artes africanas en otras regiones del mundo.
Otro ejemplo es el HIFA de Harare que fue fundado en 1999. Este es uno de los festivales con más tirón del África Austral y se había convertido en un punto de difusión cultural inigualable debido a que acogía diversas expresiones artísticas como teatro, música, danza, poesía y artes plásticas. En octubre se anunció que no habría HIFA 2016 oficialmente. Según los organizadores esto no se debía a una falta de recursos, sino que la concentración cultural se cambiaría por toda una serie de exposiciones, conciertos y muestras artísticas a lo largo del año, con el fin de transformar el festival de Harare y presentarlo en 2017 con un formato totalmente diferente.
A pesar de los continuos cierres, los organizadores han advertido que éste no es el fin de las artes y de los festivales más importantes de África. Más bien representa tan sólo un parón y una oportunidad para cambiar la manera de gestionar estas citas culturales. Algunos han destacado la importancia de cambiar el formato tradicional de los festivales (concentrado en unos días) para convertirlos en una muestra continua de arte que dé dinamismo a los festivales.
Además la representación local se está convirtiendo en el punto fuerte de algunos festivales. Tal es el caso del Bayimba, cuya novena edición se dará por inaugurada el próximo septiembre en la capital de Uganda, Kampala. Aunque las actuaciones musicales eclipsan a otras muestras de arte, las artes visuales y la poesía están cada vez más presentes. El éxito de Bayimba se debe sobre todo a su capacidad de adaptarse a todos los públicos y a todos los bolsillos, alternando los conciertos con espacios abiertos donde todos los ciudadanos puedan participar, haciendo mucho más atractiva la oferta cultural.
Junto al festival de Kampla, otra de las citas que parece estar en alza es el Livingstone Cultural and Arts Festival (LICAF) en Zambia, que tuvo lugar entre el 25 y el 26 del pasado mes de marzo. La presencia de las artes locales estaba más que asegurada al tener representación los 73 pueblos zambianos así como representación internacional con artistas de diferentes países como Egipto, Kenia, Ruanda e incluso India y China. Además el LICAF se hizo eco este año debido a la asistencia del cantante zimbabuense Oliver Mtukudzi, más conocido como Tuku, que ofreció un concierto en la gala de apertura del festival en el resort AVANI, junto a las Cataras Victoria.
El futuro de los festivales en África podría residir en su capacidad por acoger muestras artísticas internacionales, pero también de conjugar toda la fuerza cultural que reside a nivel local. Abrir los festivales al público y hacerlo más cercano parece ser la clave del éxito. No les quepa duda, los organizadores ya han tomado nota para evitar otro annus horribilis en el panorama cultural africano.
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