El sello que recupera cintas maravillosas de África
Estando en la ciudad etíope de Bahir Dar, Brian Shimkovitz preguntó dónde podía comprar música. Después de varios tumbos llegó a una tienda que guardaba cajas de cintas en el almacén. Este etnomusicólogo estadounidense se dejó llevar. Tomó los casetes de artistas que conocía, otros que escuchó allí mismo y una joya que hizo que su proyecto, Awesome Tapes From Africa (ATFA) tomara una nueva dimensión: la reedición de discos africanos que estaban olvidados.
Entre las joyas que se llevó de Bahir Bar se encontraba el álbum «Hailu Mergia & His Classical Instrument» de 1985. A partir de ahí, Shimkovitz buscó al músico etíope que por entonces era taxista en Washington para conseguir bolos. De ahí a girar por todo el mundo. “Y ha tocado en grandes recintos y festivales”, apunta Shimkovitz.
El blog Awesome Tapes From Africa comenzó en 2006 después de que Shimkovitz volviera a Nueva York tras un año en Ghana. El estudiante de etnomusicología investigó sobre el hip hop en el país y volvió a casa con la mochila cargada de casetes. Apenas sin dinero, se refugió en sus posts con la misión de “compartir esta música y así hacer que otros nerds de la música se interesasen por ella”, explica Shimkovitz a Wiriko en conversación telefónica.
“El concepto detrás del blog es música que creo que la gente debería oír”. Y la iniciativa se puso en marcha antes de la consolidación de Youtube por lo que el investigador daba la oportunidad de acceder a músicas que dejaron de escucharse. “Cuando busqué en Google los nombres de estos artistas, no podía encontrarlos”, dice. Por ello para Shimkovitz es “vital” la existencia de un proyecto como este para dar visibilidad a una música que no ha sido reeditada o incluso si está colgada en alguna plataforma musical, la gente no sabe cómo encontrarla.
“La mayoría de la gente no tiene acceso a este tipo de música. En EE.UU. pensamos que sabemos de música africana si vamos a un festival de músicas del mundo o escuchamos unos discos de Fela Kuti”.
Shimkovitz comenzó a recibir cintas que la gente le enviaba. Las visitas al blog aumentaron y “se convirtió en un proyecto social más que académico”. El investigador dio la posibilidad a melómanos, coleccionistas y expertos ha sumergirse en músicas del continente pertenecientes a las décadas de los 70, 80 y 90. Además, como dice su fundador, se crea un vínculo con la tierra para aquellos expatriados “que buscan la música con la que crecieron”.
Lo que comenzó como un pasatiempo se ha convertido con los años en un sello discográfico. Su experiencia en el sector le dio las herramientas para lanzarse a un proyecto que podía funcionar: “la gente quería comprar los casetes que había subido al blog”. Una discográfica de su Indiana natal se puso en contacto con Shimkovitz: “Nos encanta lo que haces. Si alguna vez quieres arruinarte y montar una discográfica, estamos dispuestos a ayudarte”, recuerda. Awesome Tapes From Africa dejó entonces de ser “una cosa que hacer en el fin de semana”.
La música en el blog es para descargar, a pesar de que Shimkovitz no cuenta con los derechos. Él únicamente la hace accesible para todo el mundo, pero otra cosa es la lanzar nuevamente este material. Para ello, una vez contactados los artistas, los beneficios de la reedición del álbum original se dividen al 50%. Gran parte del trabajo del estadounidense reside en la de encontrar a los músicos, una tarea que en ocasiones puede alargarse. Ese fue el caso del ghanés Yaw Atta-Owusu, más conocido como Ata Kak, que en 1984 lanzó un disco titulado «Obaa Sima«. El casete fue la primera publicación del blog y uno de los trabajos más populares, pero Shimkovitz tardó una década en dar con el artista que para entonces llevaba una vida tranquila en Toronto y que ahora ha cambiado por intercalar con giras y festivales. “Escuchar este disco en directo es fantástico”, dice el fundador de Awesome Tapes from Africa.
En otros casos, la búsqueda es más sencilla. Los dos discos reeditados del sudafricano Professor Rhythm “han sido un éxito” a pesar de que este músico y productor haya dejado atrás los sonidos dance. “Ahora hace música góspel y tiene buenos recuerdos de esa época, pero no esperaba que la gente fuera del país se enganchara a su música como lo han hecho”, aclara Shimkovitz.
Su acercamiento a la música no es tanto como coleccionista sino como “observador de músicas como cultura dentro de los entornos urbanos”. Su misión era estudiar tendencias contemporáneas, pero el blog derivó hacia la exposición de músicas de décadas pasadas que se conservan en cintas. A pesar de no ser el plan trazado, el proyecto se ha convertido en una de las discográficas que lleva estos sonidos a las radios, discotecas y fiestas de todo el mundo. Además, Shimkovitz se ha convertido en un DJ demandado y viaja con su colección de casetes para darlos a conocer en las pistas de baile.
Awesome Tapes From Africa es una especie de puente entre músicos y productores africanos y la audiencia occidental. Y está expuesto a las críticas. “Lo más insultante de ser una persona blanca trabajando con música africana se muestra en las redes sociales. Hay gente que no está interesada en las músicas de África sino en la controversia o encontrar algo que en el papel está mal para algunos. No miran lo que el proyecto realmente hace”, sentencia Shimkovitz.
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