Fez reivindica los saberes ancestrales en su festival de música sacra
El sonido seco de un martillo es la banda sonora de la plaza Seffarine de Fez. Ante la mirada de los visitantes, un joven artesano golpea el latón al compás. Evoca a un martinete. La imagen coreográfica y musical desafía a los tiempos modernos y recuerda a los maestros que transmitieron el conocimiento de unos de los oficios más antiguos de la medina.
Fez llama y el mundo escucha. La ciudad marroquí acoge esta semana la 24ª edición del Festival de Músicas Sagradas que se inició el pasado viernes con el espectáculo “Creación de inauguración”, una reivindicación a lo artesano.
Los saberes ancestrales son la temática de la presente edición el festival. Fez es defensora del patrimonio artesanal cuyo centro creativo es la medina. El contexto sagrado en el que el artesano transfiere su saber se presenta como amparo de la tradición a la vez que un modelo de renovación de la antigua manera de vivir.
“Las raíces de lo artesanal están completamente ligadas a la espiritualidad. La mayoría de los oficios tienen relación con lo sagrado”, explica el director artístico del festival, Alain Weber.
Por ello Weber concibió una gala inaugural para indagar en la mitología detrás del trabajo de forjadores, alfareros o curtidores y equiparar su labor a la defensa de la tradición oral de griots, shaers y rwayyes. Estos artesanos de la música configuran un punto de partida para encontrar también la espiritualidad del genio humano en las creaciones en piedra, acero, arcilla, vidrio o madera. “Hablamos de la música, la danza o la poesía pero olvidamos la tradición artesanal”, recuerda el director artístico.
Intercambio sagrado y profano
El Festival de Músicas Sagradas, organizado por la Fundación Ibn Battuta y la Fundación Espíritu de Fez, es una oportunidad para ser testigos del acercamiento cultural entre civilizaciones. El cartel incluye distintas noches sufís, una velada de música andalusí, el coro góspel de Soweto, el compositor nacido en Sarajevo Goran Bregovic, el trío 3MA, el cantaor Jesús Mendez o el violagambista Jordi Savall, entre otros.
Más de veinte países están representados en una edición que combina además cantos litúrgicos ortodoxos, hebreos, gregorianos y jesuitas haciendo que Fez vuelva a otorgar un espacio para la pluralidad religiosa. La programación intenta exponer una música sacra que preserve su identidad a la par que es atractiva para el espectador, como reconoce el director artístico, Alain Weber.
Lo secular también tiene cabida en un festival en el que se reduce la línea divisoria entre ambas modalidades. “Hay artistas contemporáneos que están inspirados por una visión sagrada de la vida pero no son necesariamente personas religiosas. Simplemente la están utilizando para expresar emociones y sentimientos. Por eso la idea de lo sacro ha cambiado totalmente en los últimos 20 años”, explica Weber.
El Festival de Músicas Sagradas de Fez se cimenta desde el hermanamiento y la convivencia. Se fomenta una espiritualidad libre y sin imposturas que no esté directamente ligada a la religión. “[El objetivo del festival] es mostrar un espíritu de tolerancia, diálogo entre diferente culturas y civilizaciones y crear un muro contra el extremismo y la radicalización”, explica presidente del festival, Abderrafi Zouiten.
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[…] “Tengo un mensaje espiritual y artístico que toca almas. La música genera cambio si es sincera y no es cuestión de armar un mensaje de amor y paz. No hay que ser profeta sino compartir”, dijo a Wiriko desde Fez donde actuó en la última edición del Festival de Músicas Sagradas del Mundo. […]
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