“Mucha gente piensa que la música africana siempre tiene que tener una kora o un djembé”
Cuando George Ashirifie y Eugene Ampid (alias Kyekyeku) se reunían en el centro de la Alianza Francesa de Accra para tocar, no podían imaginar que con el tiempo recorrerían España juntos para actuar en festivales de música. Ambos son las voces principales de sus respectivas bandas, FRA! y Kyekyeku & Ghanalogue Highlife, los dos grupos ganadores de la última edición del Vis a Vis, un proyecto de cooperación cultural que desde hace diez años organiza Casa África para garantizar una mayor presencia de música africana en los escenarios españoles y generar industria cultural en África. “Vi la oportunidad de participar en Vis a Vis en Internet y le envié el enlace a George, luego estábamos entre los 12 grupos preseleccionados entre los 65 que se presentaron y el día que elegían a los seleccionados, George me dijo: ¿Te imaginas si FRA! gana y ustedes también ganan? ¡Eso sería fantástico!”, relata Kyekyeku con ilusión al recordar ese momento que les ha traído este verano a España para hacer aquello que le apasiona: “Enseñar la cultura local de Ghana a través de la música”.
Una de sus primeras paradas en esta gira de conciertos ha sido la tercera edición de MAPAS, el Mercado de las Artes Performativas del Atlántico Sur que se ha celebrado del 10 al 14 de julio en Santa Cruz de Tenerife. “Las oportunidades no están en todas las partes del mundo, es muy difícil conseguir financiación, incluso si consigues buenos contactos es difícil porque en la música no se trata de lo bueno que puedas ser, sino de las oportunidades que encuentres”. Y, en este sentido, el líder de FRA! añade: “Vis a Vis nos ha dado la oportunidad de llegar a España y MAPAS nos puede dar la oportunidad de llegar incluso más lejos que España”. ¿Y qué se puede hacer para depender menos de estas oportunidades externas? “No podemos desconectar la música africana de la industria musical que está fuera de África porque se trata de un sistema globalizado”, asegura George.
Para Kyekyeku la cuestión no está tanto en la cantidad de oportunidades que puedas encontrar, sino en la calidad de las mismas: “Yo he tenido oportunidades en África y aquí, y en ninguna de ellas he tenido apoyo institucional, esta es la primera vez, con el apoyo del gobierno español y del ghanés, y esto nos permite estar aquí y explorar nuestras posibilidades, y eso es bueno”. Aunque no es la primera vez que Kyekyeku & Ghanalogue Highlife tocan en España, afirma que en el caso de MAPAS tienen “la oportunidad de conocer a mucha gente de todo el mundo, y en eso consiste la música en conectar a la gente”.
En sus conciertos en la isla canaria la conexión fue absoluta. Públicos de todas las edades no hacían ningún amago de resistirse. No lo hicieron con FRA! y tampoco con Kyekyeku & Ghanalogue Highlife. Era media tarde y hacía un calor soporífero, más digno de siesta, pero las butacas de la sala del Auditorio de Tenerife se encontraban prácticamente vacías porque la mayoría de los asistentes bailaban amontonados frente a un escenario que desprendía un sonido magnético.
Tanto Fra! como Kyekyeku tocan highlife, un género musical muy extendido en Ghana, que se llama ‘buena vida’ porque cuando surge, en los años veinte, era la música que se tocaba en las fiestas de la clase alta. “El highlife coge ideas de lugares diferentes y las mezcla con la vida ghanesa. Es una combinación del caribeño, de la música de las iglesias europeas, del bolero, del chachacha, de la rumba, … Era una manera de modernizar la sociedad a través de la música. Treinta años después, este género empezó a definir la música de Ghana”, explica Kyekyeku.
Sin embargo, la juventud imperante entre los miembros de ambas agrupaciones les ha llevado a dar nuevos aires a este sonido nacional. “No hacemos el típico highlife, sino que cogemos un poco de influencia de este highlife antiguo y añadimos más sonidos. Nosotros llamamos a nuestro estilo afrofusión, cogemos el sonido local y lo mezclamos con diferentes estilos de música”, explica el cantante de Fra! Y de ahí el nombre de esta banda, que en akan significa mezcla. Continua Kyekyeku explicando este ‘neohighlife’ agregando que su “generación está muy influenciada por la música estadounidense, por el rock, por ejemplo; y esto también es parte de nosotros. Para nosotros es muy importante poder usar la música de nuestra cultura y poder mirar al futuro y ver qué podemos proyectar de ella”.
Sus letras sí que distan de parecerse. Mientras que las creaciones de Fra! son “para sentirse bien, canciones felices para escuchar y bailar”, en el caso de Kyekyeku & Ghanalogue Highlife cantan acerca de “sistemas políticos y religiosos y sobre la vida como la conocemos en África. Hay cosas que ocurren en África que afectan al mundo entero también porque estamos conectados con todo. Por eso es importante hacer pensar a todo el mundo en qué podemos hacer para solucionarlo. En estos momentos a mí me preocupa que la gente use la religión y la espiritualidad como una forma de negocio. Por supuesto, respeto las religiones y la espiritualidad, pero cuando la gente lo usa para ganar dinero no está bien. Así que hablo de esto en mi música de una forma muy divertida para que la gente se lo pase bien, como una manera de invitar a pensar en ello”.
A pesar de sus diferencias musicales y aun siendo bastante identificable el sonido que ambos profesan, de cara a la industria su estilo pertenece a las ‘músicas del mundo’, al igual que el afrobeat, la maringa o el mbalax procedentes de la región de África Occidental o la mirunga, que proviene del otro extremo del continente. “Este término fue creado para poner toda la música africana en una misma caja”, dice George al respecto. A Kyekyeku no le molesta la etiqueta en sí, incluso considera que tiene ventajas. El problema lo ve en la generación de estereotipos que conlleva.
“Yo no tengo problema si alguien llama a mí música ‘música del mundo’, yo se lo que es mi música. Pero pienso que antes de que algo se llamara ‘músicas del mundo’ había grandes géneros como el blues o el rock que procedían de un único lugar y luego empezaron a aparecer grandes músicos africanos que fueron reconocidos, como Salif Keita o Miriam Makeba o Fela Kuti, y no sabían qué género darle a sus canciones, así que los empezaron a llamar músicas del mundo. Es una categoría para localizar esa música y eso la hace más accesible a la gente. Para mí la música del mundo como género no existe porque todas las que se meten en esa categoría son muy distintas entre sí. Hacer una categoría para la música no es lo más importante, pero hay un grupo de gente que piensa en este tipo de música como tribal y esto sí es un problema. Lo que hay que promover es que la gente localice esta música y la escuche. Mucha gente piensa que la música africana siempre tiene que tener una kora o un djembé, y esto es un problema porque en África hay muchos más instrumentos, mucha más música”.