Baloji y el «blues de la jungla»

Un momento del concierto de Baloji en la Sala Apolo. Foto: Carlos Bajo/Wiriko.

Un momento del concierto de Baloji en la Sala Apolo. Foto: Carlos Bajo/Wiriko.

Baloji, que en swahili significa “brujo”, lleva sellado en su nombre la historia de su venida al mundo, marcada por la curación de su madre en manos de un médico tradicional. A pesar de esto, el MC belga-congolés conoció tarde sus raíces y apenas en su último disco Kinshasa Succursale (Crammed Discs, 2011) empezó a explorar los sonidos que marcaron las primeras décadas del antiguo Zaire. Él quería rehuir todo tipo de etiquetas y estereotipos, explorando una identidad que a veces lo ha absorbido en cierta paranoia y que lo ha hecho sentirse extranjero tanto en África como en Europa. Al final, acabó realizando uno de los discos más originales que se han escuchado en el panorama afro-europeo, razón por la que pudimos verlo en acción el pasado viernes en la capital catalana.

Los primeros compases del reggae de A l’heure d’été calentaban los motores que la armada Orchestre du Katuba arrancaban en la Sala 2 del Apolo. De ellos afloraría una de las canciones de Soukous más famosas de la historia, el Cha Cha de la Independencia de Le Gran Kallé, para abrir interrogantes sobre la verdadera emancipación de África cincuenta años después de sus independencias. “Mano que da, mano que dirige” dice el cantante muy acertadamente mientras dispara balas que hieren directamente, donde más duele.

Baloji en la Sala Apolo de Barcelona. Foto: Radio África.Sonidos Urbanos

Baloji en la Sala Apolo de Barcelona. Foto: Radio África.Sonidos Urbanos

El bajista, entregado en voz y cuerdas, detonó sensibilidades con el Funk profundo que le corre por las venas a Petit espèce, mientras los solos de teclado y guitarra se otorgaban toda la atención del público. Y puestos a resucitar las raíces de la música afroamericana, la banda revivió el I’m Going Home de Marvin Gaye para transfigurar la autobiográfica Nakuenda/Nazongi Ndako. A esas alturas no creo que hubiera alguien en la sala que no se preguntara ¿qué sería de Baloji sin los cuatro músicos que lo acompañan?

El Soukous retomó fuerzas con Congo Eza Ya Biso (Le Secours Populaire), fiesta frenética al más puro estilo congoleño que encendió definitivamente al rapero, dando vueltas cual derviche mientras pateaba el plato de la batería. Ya se había condensado el aire cuando empezó a sonar la guitarra de Karibou Ya Bintou, literalmente ‘Bienvenido al Limbo’. El silbido del pito y la potencia ‘congotrónica’ del likembe en el teclado hacían presentes, sin estarlo, a los Konono Nº1 (con los que grabó tanto la canción como su videoclip). La crudeza del hip hop se hizo palpable en el ambiente y el estrés del oyente llegó a su máxima tensión para dejarse caer dulcemente en los brazos del Jazz orgánico de Shishi.

Con una bofetada en toda la cara Baloji volvió a sacar los colores a más de uno con la frase “en España sabéis un poco sobre colonias, ¿verdad?”. Sería el último cartucho a quemar y había que fulminar a los asistentes, así que Tout Ceci Ne Vous Rendra Pas Le Congo no dejó títere con cabeza. Un explosivo final que como apuntó el mismo Baloji nos sumergía en el “blues de la jungla” y con el que brilló con especial elegancia el guitarrista Dizzy Mandjeku. Auténtica leyenda de la canción congoleña, el veterano, miembro de la imprescindible TPOK Jazz, acompañante de Luambo Makiadi “Franco” o Tabu Ley Rochereau, se levantó de la silla en la que había estado sentado durante todo el concierto, se colocó la guitarra en el cogote y empezó a bailar mientras la púa de su guitarra jugaba alegremente con las cuerdas. El BB King congolés fue el encargado de recoger amarras y dirigir los últimos saludos a un público que, a pesar de ser extremadamente escaso para una propuesta con tanto caché, se dejó embrujar por todos y cada uno de los matices del directo.

Momento estelar de Dizzy Mandjeku en Barcelona. Foto: Carlos Bajo/Wiriko.

Momento estelar de Dizzy Mandjeku en Barcelona. Foto: Carlos Bajo/Wiriko.

 

 

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Investiga y escribe sobre ciudades africanas, derechos humanos y música. Le mueve la creatividad con la que construye futuro la juventud africana en contextos urbanos, especialmente en África del Este. Sus campos de trabajo son el periodismo escrito y radiofónico, la investigación o la gestión cultural. Cofundadora de Wiriko y coordinadora de Seres Urbanos (EL PAÍS), actúa como consultora independiente para entidades del tercer sector y actualmente, es Técnica de Cooperación Internacional en el Ayuntamiento de Girona. Licenciada en Filosofía (UB), posgraduada en Estudios Africanos y Desarrollo (UPF) y máster en Culturas y Desarrollo en África Subsahariana (URV).
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  2. […] pide que no le hagamos fotografías porque no está presentable (ya se las hicimos durante su anterior visita a Barcelona), pero sí nos invita a debatir con él toda la artillería de canciones y pensamientos con la que […]

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