La Bauhaus africana y la arquitectura que viene
Christian Benimana, arquitecto ruandés, tuvo que trasladarse a Shangai, China, para poder cursar sus estudios en arquitectura. La falta de facultades con estudios de diseño urbano adecuados a los retos que vive hoy el continente, fue lo que lo hizo migrar en busca de una formación. Después de licenciarse, en 2008, quiso volver a Kigali, donde se encontró con problemas como el desalojo de tierras para la inversión inmobiliaria, que se estaban reproduciendo en toda la ciudad. Así que decidió unirse al colectivo de arquitectos de MASS, un grupo de diseño que nació en 2010 y que está cambiando el rumbo de la arquitectura en África. Desde entonces se ha convertido en uno de los arquitectos más reconocidos de todo el continente, por su esfuerzo en poner la arquitectura al servicio de la necesidades humanas.
Jefe de proyectos de MASS en el continente, está invirtiendo los conceptos a partir de los que se construye en África. Hospitales que se conciben a partir de la óptica del paciente y que dignifican la enfermedad o escuelas levantadas desde la visión de los alumnos y los profesores, ya funcionan en Ruanda, Malawi, Liberia o Gabón gracias a una joven generación, la primera, que está transformando la visión de cómo construir edificios desde una óptica afrocéntrica y sobre todo, sostenible. Revirtiendo la modernidad a la europea que domina el paisaje urbano del continente hasta hoy, Christian defiende un diseño que pone a las personas y sus necesidades en el centro. Y así, está impulsando la creación de una Bauhaus africana: un proyecto de investigación en arquitectura innovador en todos los sentidos, que se erige como el referente arquitectónico del continente.
«En todo el continente está surgiendo una nueva generación de arquitectos africanos. Todavía es muy joven y, a menudo opera en la sombra. La profesión aún no está regulada en la mayor parte de África«, reconoce. Con las tasas de urbanización más aceleradas de todo el mundo, África se enfrenta a un enorme problema de vivienda que preocupa a todos los urbanistas, geógrafos, diseñadores y arquitectos con un mínimo de sentido común. «La arquitectura se está quedando atrás en África con el rápido desarrollo del continente, al igual que muchos otros campos, y la manifestación de esto es muy evidente porque el desarrollo urbano tan abrumador que estamos experimentando viene con una agenda de infraestructura pesada. Las facultades de arquitectura, que son el caldo de cultivo de la profesión no están actualizadas ni adecuadas a la actual explosión urbana de África y en algunos casos, simplemente reducen su trabajo a la producción artística que sirve a la ingeniería y la construcción. La arquitectura africana está lejos de hacer frente a los desafíos sociales que se entiende que vienen acompañados con la urbanización«, advierte el joven ruandés.
El continente africano puede presumir de una arquitectura vernácula original y adaptada a cada región, clima y necesidades de la población. Siendo parte del legado cultural de los pueblos, las construcciones son símbolos del «espíritu del lugar», que se construyen con materiales locales. Sin embargo, en muchos puntos del continente, la arquitectura occidental ha ganado terreno, poniendo en peligro las construcciones tradicionales realizadas a partir de adobe, techos de paja, etc. Los techos metálicos y las paredes de ladrillos dominan cada vez más los paisajes urbanos y también rurales. Arquitectos como Jon Sojkowski, que ha desarrollado una base de datos para documentar la riqueza arquitectónica tradicional del continente, hace años que muestran su fascinación por la arquitectura vernácula de Benín, Mali o Zimbabwe. Era solo cuestión de tiempo que nuevos arquitectos africanos empezaran a proteger su propio legado arquitectónico y a darle la vuelta a la tortilla urbanística que se construye a golpe de boom inmobiliario insostenible.
«Precisamente por esto hemos creado una escuela. La Bauhaus nació en Alemania en un momento de auge económico con el objetivo de demostrar que con el diseño podemos mejorar la vida de las personas. El African Design Center se asemeja a la Bauhaus en la idea de que con el diseño se pueden transformar vidas«, dice sobre esta nueva escuela que nace en Kigali, conocida como la «Singapur de África». «Si no aprovechamos el poder del diseño para generar un impacto duradero, el crecimiento poblacional del continente nos llevará directamente a la fatalidad«, advierte Benimana.
Pero, ¿cómo la arquitectura contemporánea puede contribuir a que este crecimiento sea más sostenible?
«Produciendo procesos de diseño arquitectónico que promuevan la inclusión. Es decir, simplemente dejando de producir edificios sin más, y promoviendo el uso de los edificios creados como herramientas para el cambio y el empoderamiento social«, afirma.
El African Design Center, o la Bauhaus Africana, como le gusta llamarla a Christian es un centro de investigación y formación que nace con la idea de poner la investigación en el centro del debate y antes de cualquier tipo de construcción. Situada en la capital de Ruanda, Kigali, la escuela emerge con la intención de encontrar soluciones a problemas habitacionales como el acceso a la vivienda asequible que afectan a la población local.
«Hay dos factores que hacen que Kigali haya sido el mejor lugar para comenzar nuestra iniciativa. Por un lado, el crecimiento de población que está experimentando la ciudad y las pequeñas dimensiones que tiene el país; pero por otro la voluntad política y las ganas de invertir para encontrar soluciones duraderas«, explica el arquitecto. Con todo, y a pequeña escala, han implementado una filosofía que bautizan como Lo-Fab, diminutivos de «Locally Fabricated» o «de fabricación local». «El Lo-Fab es un movimiento que pretende demostrar que «la forma en que construimos» y «quién construye» son esenciales/indispensables para un proceso de diseño que tenga cierto impacto. En todos nuestros proyectos seguimos esta filosofía, que no es más que la filosofía de MASS. Ponemos en relieve la innovación y las ideas locales, contratamos mano de obra local, y usamos materiales locales para cada proyecto», explica Christian.
Para los arquitectos de MASS es esencial ser parte de todo el proceso de inmersión para comprender de forma holística todos los aspectos de la sociedad, en general, y de sus clientes, en particular. «Cuidamos mucho la forma en que trabajamos y seleccionamos muy bien las organizaciones que se acercan a nosotros para estos proyectos. Lo que más nos importa es crear proyectos sostenibles a largo plazo«, reitera el arquitecto ruandés.
Mientras China avanza en el continente, construyendo infraestructuras que están mejorando las comunicaciones y el transporte en muchos puntos de África, Christian ve muchas oportunidades de contribuir al boom de la construcción desde una óptica más ética de la que se ha estado llevando a cabo hasta hoy: «China no está avanzando en el mercado africano porque le esté dando un valor añadido a lo que ya existe, sino simplemente porque todavía hay una brecha enorme en las capacidades del sector. Nuestro African Design Center tiene como objetivo cambiar los procesos de diseño y poner el listón más alto en las normas mínimas aceptables. El éxito de éste Bauhaus africano es formar a expertos en capacidades que aseguren un desarrollo sostenible en África, y que refuercen que aquello que se está implementado en África esté cuidadosamente estudiado y realizado para mejorar la vida de las personas«.
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«Arquitectura con una misión», me parece interesante ver la postura social de este arquitecto que con su conocimiento y creatividad implementa nuevas alternativas para su población.