Dios ama Uganda, pero no hace falta que tanto
Cuando el dictador ugandés Idi Amín fue derrocado del poder en 1979, los cristianos evangélicos participaron en los esfuerzos estadounidenses para llevar atención médica y alimentos a millones de familias empobrecidas y desestructuradas en un país que había quedado prácticamente devastado. Esas actividades encajaban con los mandatos del Evangelio para estos cristianos. Pero en algún lugar de la historia, la compasión se convirtió en el anhelo de promover un dogma radical para hacerse con el control de la generación más joven de Uganda: más de la mitad del país de 35 millones de habitantes es menor de 15 años de edad. Y el infierno está lleno de buenas intenciones.
Gran parte de este documental impactante y triste dirigido por Roger Ross Williams, quien ganara un Oscar por su corto documental en 2010 Music by Prudence, se centra en la radiografía de la Casa Internacional de Oración (IHOP). Esta mega iglesia de Kansas City, bien financiada, fue fundada por Lou Engle, un creyente que condena y combate lo que él llama «los males gemelos»: el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo. En el trabajo de Ross Williams, se puede observar a jóvenes misioneros siendo entrenados como guerreros de la oración del siglo XXI: en una mano sostienen una Biblia adulterada y subrayada para predicar y enseñar las buenas nuevas; en la otra, advierten a los ugandeses que deben practicar la abstinencia y evitar la abominación de la homosexualidad.
La derecha cristiana norteamericana ve a este país como un terreno de pruebas para predicar su dogma en todo el mundo. Para avanzar en esa causa el documental nos introduce a Scott Lively, un predicador evangélico estadounidense que acusa a los homosexuales de ser los ingenieros del holocausto nazi y de la destrucción de lo que el llama “la familia tradicional en África”. Lively ha aparecido como una celebridad en varios programas de televisión en Uganda e incluso disertó en el parlamento ugandés sobre los peligros que los gays representan para la nación y para los principios cristianos. Actualmente está acusado de crímenes contra la humanidad y de abusos sexuales a menores.
Otro protagonista importante en la cruzada de odio contra los homosexuales es un predicador de Uganda formado en Estados Unidos, Martin Ssempa, que ha llegado a mostrar películas con contenido sexual explícito en sus sermones dominicales. Ssempa, que aparece ofreciendo un sermón anti-gay en el medio de una Iglesia y ataviado con un proyector en el que muestra imágenes pornográficas, ha sido denunciado por algunos observadores de derechos humanos que alegan que esta nueva religión ha avivado la homofobia y que se ha manifestado en una erupción de violencia callejera contra los homosexuales, incluyendo la muerte en 2011 del defensor de los derechos homosexuales en Uganda, David Kato.
Sin embargo, en un claro intento de ponderar el mensaje, el director Ross Williams presenta a dos clérigos valientes que se han pronunciado en contra de esta cruzada contra los homosexuales. Uno de ellos es el sacerdote anglicano Kapya Kaoma quien explica los esfuerzos de individuos y organizaciones en la derecha cristiana estadounidense por triunfar sobre el laicismo y “crear un renacimiento cristiano mundial”. Este tranquilo y elocuente sacerdote anglicano de Zambia, y quien se encontraba en Uganda, ahora se encuentra refugiado en Boston después de recibir numerosas amenazas de muerte.
El otro personaje pacificador que aparece es el obispo ugandés Christopher Senyonjo, un defensor de los derechos LGBTI durante mucho tiempo. A pesar de que fue excomulgado por el arzobispo de Uganda, Senyonjo continúa su activismo e incluso se ha expuesto públicamente en varias ocasiones como en el funeral de David Kato.
En Uganda, no fue hasta febrero de 2014 cuando el presidente Yoweri Museveni firmó una ley contra los homosexuales en la que también se obligaba a los ciudadanos a reportar cualquier sospecha de actividad homosexual a la policía, lo que provocó un aumento de los niveles de prejuicios, violencia y discriminación contra los LGBTI.
En agosto de 2014, sólo unos meses más tarde, la legislación fue anulada. La ley no fue aprobada al no tener el quórum requerido en el parlamento, es decir, que no hubo suficientes diputados presentes en la votación. La sentencia fue recibida con alegría por los activistas a pesar de que el veredicto se basó en razones técnicas y no en las preocupaciones morales o éticas. Pero la lucha xenófoba continuará…
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Buenas tardes, Saludos y bendiciones…
¿ Este correo es de alguien que está en Uganda?