Jac Keïta: “Nadie vendrá inocentemente a África a ayudarnos sin llevarse nada a cambio»
– «Concert bi neexna ma lool» (El concierto me ha gustado mucho)
– «Jerejef way, yeen lay beggee» (Gracias amigo, es para vosotros)
Exhausto pero enérgico, Jac Keïta, líder de la banda Takeifa, saluda a todas y cada una de las personas que viene a felicitarle tras el concierto ofrecido en un pequeño pueblo del norte de Senegal, organizado por la asociación Hahatay sonrisas de Gandiol. El nivel actual de la banda raramente les permite este contacto con la realidad de su país, algo que el artista agradece. “Es muy motivador tocar ante un público rural, que no te conoce mucho y que ves que tu música le llega. Es un subidón”, ríe.
Takeifa, juego de palabras que significa Familia Keita, es un grupo de largo recorrido, muy conocido y valorado tanto en la escena senegalesa como internacional.
Todo surgió de él, Jac, carismático e inquieto. Hijo de un comisario, creció mudándose constantemente de ciudad con su familia. Allí donde se instalaban los Keïta, Jac formaba un grupo, tocaba la guitarra o cantaba en solitario. Sus padres siempre le apoyaron y poco a poco el gusanillo de la música fue picando a sus hermanos: primero se le unen Ibrahima a la batería y Maah al bajo. Poco después Cheikh, que ya había hecho sus pinitos a la guitarra y le daba también al arte plástico, y Falou, al micrófono, se instalan con ellos en Dakar en 2006 dando comienzo a la aventura.
La primera vez que los escuchamos fue en Madrid en mayo de 2011. Tocaban en el Paraninfo de la Complutense en el festival Africa Vive organizado por Casa África. Por aquella época se llamaban Jac et le Takeifa, habían publicado un solo álbum (Diáspora, 2008) y tenían como cabeza de cartel a Femi Kuti.
Pese a que no eran aún muy conocidos por el gran público, tenían ya su red española bien atada : su manager les había conseguido abrir un hueco en los grandes festivales como el WOMAD o Territorios, en Sevilla.
Aquella noche, esperando al nigeriano, el público se quedó impresionado con la sincronía y presencia escénica del grupo, que ofrecía una música fresca, bailable, fusionando pop, reggae, rap y sonidos africanos. «Prometen», se decía.
Seis años después, la profecía parece más que cumplida. Agotan entradas en todas las ciudades senegalesas, cuentan con varios clubs de fans, comparten cartel con los grandes nombres de la música africana (Youssou Ndour, Alpha Blondy o Tiken Jah Fakoly) en los festivales europeos y gozan del respeto de la crítica y los medios.
Pese al cansancio, Jac no mira al reloj sino a los ojos, y conversa entretenido sobre los entresijos de su tercer álbum que saldrá a la venta en mayo de este año, bajo el título Gass Giss.
Habéis hecho bailar a niños y mayores del pueblo, y es que parece imposible no contagiarse de vuestro ritmo ¿seguís siendo el mismo grupo que conocí en 2011?
Seguimos siendo los mismos, pero hemos evolucionado. Hemos aprendido a valorar la sencillez. Hemos entendido la importancia de la precisión y la simplicidad en los arreglos, en la melodía, y también en la puesta en escena. Antes necesitábamos gritar, saltar, usar muchos instrumentos para crear ambiente, pero con el tiempo y al frecuentar diferentes tipos de audiencias, nos hemos dado cuenta de que lo que engancha al público es una sonoridad más profunda, más pura, sin necesidad de sobrecargar.
Hace cinco años de vuestro último trabajo Get Free ¿por qué nos habéis hecho esperar tanto ?
Con Get Free estuvimos tres años de gira en Europa y Senegal. Necesitábamos parar un poco para crear y grabar. El proceso creativo ha llevado su tiempo, y después hemos grabado en Senegal pero la masterizacion la hemos hecho en Estados Unidos… Nuestra discográfica alemana es muy exigente en cuanto a la calidad y creatividad. No aceptan nada del mismo nivel que tu trabajo anterior: tienes que superarte. Tenemos mucha presión en cuanto a la música pero también en cuanto al protocolo, a la imagen, infografía, ruedas de prensa… Esta vez queríamos un álbum internacional, y la obtención de los derechos de autor nos han llevado casi dos años. ¡Es mucho trabajo!
¿Como os sentís ante esta nueva etapa que comienza?
Estamos ilusionados pero serenos. La música es ante todo paciencia. No es difícil ser una estrella de un día, pero nosotros queremos hacer carrera musical, queremos llegar a decir llevamos treinta o cincuenta años en la música. Queremos que el público nos vea crecer poco a poco: eso es hacer carrera.
Os definís como un grupo comprometido. Las letras de vuestros anteriores álbumes trataban temas como la situación de los niños de la calle, el medioambiente, etc. ¿De qué habláis en este nuevo trabajo ?
Hablamos de la abrir las mentalidades: la juventud africana necesita confianza, y esa confianza tiene que salir primero de ella misma (¡tenemos que creer en nosotros mismos!) pero también la clase política tiene que confiar en las nuevas generaciones. Hay muchos jóvenes con energía, ambición y ganas de quedarse en su país y hacer grandes cosas.
En este trabajo, hablamos de la curiosidad, que es lo que mueve a la juventud. Creemos que es positivo viajar y salir del país para ver lo que se hace fuera, para aprender, mezclarse y volver a casa con ideas nuevas. En casa es donde realmente te sientes bien, y a donde todos queremos volver.
¿Es un mensaje político ?
Éste es nuestro mensaje pero esta lejos de ser el discurso de los políticos senegaleses, que hacen política como se hacía hace 150 años en África. Las mentalidades deben cambiar y sabemos que no son estos hombres políticos los que van a provocar un cambio.
Pareces desmotivado…
Yo nunca me desmotivaré del potencial que hay aquí pero sí de nuestra clase política: no confío en ellos y creo firmemente que su manera de hacer no contribuye a mejorar la situación de las poblaciones.
Tenemos que afrontar nuestro propio futuro y dejar de pensar que la solución va a venir de fuera. Dejar de creer que hay una inteligencia superior que va a venir del extranjero para resolver nuestros problemas, no es así : aquí no hay regalos. Nadie vendrá inocentemente a África a ayudarnos sin llevarse nada a cambio.
Es necesario que nuestra clase política, y sobre todo nosotros los africanos, paremos este discurso de la ayuda. Nadie salvará a nadie, nosotros mismos tenemos el destino en nuestras manos.
El título de vuestro álbum Gass Giss significa “el que busca, encuentra” ¿habéis llegado ya a vuestro objetivo?
Hemos buscado durante mucho mucho tiempo y hemos encontrado el camino que nos gusta, pero tenemos que seguir trabajando. Nuestra apuesta es crear una música que haga cambiar las mentalidades, que innove, que aporte alegría y diversión pero que también pase un mensaje.
La juventud necesita ídolos. Aquí tenemos una juventud que se busca, que es creativa, dinámica y flexible, que pueden hacer cosas extraordinarias, pero que necesita referencias. La música mbalax puede ser bonita, pero a veces cae en la vulgaridad, sus mensajes no fomentan el espíritu crítico y transformador que necesita la juventud.
Habéis creado un “sonido Takeifa”, basado en la fusión de estilos, idiomas e influencias. ¿Os reconoceremos en Gass Giss o tendremos sorpresas a nivel musical?
Para este álbum nos hemos inspirado mucho de la música rock y
también de la música afro de Nigeria, de Fela y Femi Kuti. Nos hemos inspirado de estas dos nuevas fuentes para fusionarlo al sonido Takeifa y hacer algo más puro, más life.
El directo es claramente vuestra fuerza…
Sabemos que es nuestra fuerza y hemos querido guardarlo en este álbum. Hemos grabado los temas en directo en el estudio, con pocos instrumentos, para poder “sentirlos”. El álbum tendrá 10 temas sin apenas percusión, pero con mucho saxo, que también incluiremos en el directo.
Hemos contado también con el apoyo de Baaba Maal que nos hace un featuring en uno de los temas, y muchas colaboraciones en arreglos con grandes músicos senegaleses.
El disco saldrá a mediados de mayo, ¿os veremos en España?
Después de una presentación en Senegal nos vamos directamente a Francia donde haremos una conferencia de prensa y un gran concierto en París, y comenzaremos la gira europea. En España querríamos tocar pero desgraciadamente aún no tenemos ningún festival para este verano. ¡Pero seguro que pasamos en la gira de invierno!
Para nosotros es muy importante tocar en España: es el país que ha creído en nosotros en primer lugar, que nos dio nuestro primer visado. La Embajada en Dakar nos puso en contacto con Casa África, que nos movió por prácticamente toda España durante casi cuatro años. Podemos decir que ha sido nuestra puerta de entrada al panorama internacional. Es por eso que hablamos un poquito de español…
La noche cae oscura en Gandiol, y a la troupe que acompaña a los Takeifa, formada por doce personas, les quedan aún cinco horas de coche hasta Dakar. “No os despidáis mucho, que volveremos pronto”, promete Jac, alejado por unos instantes del ajetreo que le espera en estos próximos meses.
Aquí os esperamos.