La voz femenina valiente y nada paternalista de Hemley Boum
Cuando una autora africana, no responde las preguntas con las opiniones mayoritariamente aceptadas, uno empieza a pensar que su voz es sincera e independiente y que vale la pena escucharla. Cuando esa misma autora trata los temas más espinosos con naturalidad, a uno le resulta atractiva. Y cuando además transmite esa esperanza y esa voluntad de superar obstáculos que sirve con combustible a la vida, entonces uno entiende porque a pesar de no ser nada convencional Hemley Boum se está haciendo un hueco en el mercado editorial. El de Boum no es un éxito fulgurante; no es el estallido de un fuego de artificio, que de repente brilla y deslumbra, pero que se apaga poco a poco. La trayectoria de esta novelista camerunesa afincada últimamente en Francia, es más bien la de la paciencia y el tesón, la de la construcción del edificio sobre bases sólidas.
La aparición de Le Clan des femmes, en 2010 fue prácticamente una sorpresa. En realidad, no tanto por el tema que nos puede resultar incluso un poco recurrente en este tipo de lanzamientos, sino por el enfoque y la historia, en general. A priori, el planteamiento más superficial era que se trataba de una historia de poligamia en África; un planteamiento, por cierto, que provoca un cierto hartazgo. Uno espera encontrar una de esas historias de sufridoras mujeres africanas que refuerzan los estereotipos de explotación y de falta de iniciativa. Pero Boum ofrecía algo bien diferente; seguramente, algo mucho más complicado, más arriesgado, menos encorsetado y, en definitiva, más sincero.
En su primera novela, Boum optó por reventar uno de los estereotipos más pesados, el de las mujeres pasivas. Sin embargo, según las explicaciones de la autora, no se trataba de un resultado intencionado, simplemente, las cosas son así. En Le Clan des femmes, Hemley Boum recurre a la historia de su propia abuela, eso sí, con lo que ella misma llama su “imaginación novelesca”. En realidad, la autora define su primera obra como una historia de mujeres a principios del siglo XX. Y en ese contexto, evidentemente habla de poligamia, pero también de relaciones personales, de tradiciones, de maternidad o de las mutaciones en la sociedad en ese periodo histórico.
Durante las promoción de Le Clan des femmes, Boum fue preguntada una y otra vez por su visión de la poligamia, seguramente, buscando ese titular simplista sobre la libertad de la mujer. Sin embargo, se agradece ver cómo sistemáticamente la escritora ha eludido las respuestas simplistas. Y nos encontramos con comentarios como el siguiente: “Efectivamente es un tema trascendente y mi opinión personal no es importante. No habría podido hablar de las mujeres y de la familia en un pueblo africano de principios del siglo XX sin hablar de poligamia. Lo que me parece detestable son los matrimonios forzados, en los que las mujeres y, habitualmente, chicas muy jóvenes no han podido dar su opinión, polígamas o monógamas, se le ha impuesto un marido que no han escogido. Por lo demás, tengo una gran confianza en la capacidad de las mujeres de actuar respecto a sus propias vidas y de asumir las elecciones que realizan”.
Así su caracterización de las mujeres es muy diferente al que se podría explicar y queda absolutamente patente en sus explicaciones: “Somos el fruto de su fuerza (la de las mujeres de otros tiempos) y de su modernidad. He querido transmitir una visión íntima de la vida de las mujeres que un pueblo africano de principios del pasado siglo. Su forma particular de gestionar, con mucha inteligencia y cierta audacia, la dificultad de ser niña, esposa, madre o, simplemente, un ser humano completo en una sociedad fuertemente patriarcal. (…) El camino recorrido parece increíble y, mirándolo desde más cerca, nos damos cuenta de que nos parecemos mucho a nuestras abuelas”.
Y así, esa historia de poligamia, se convierte en realidad en una historia de relaciones personales que no pueden encasillarse en clichés y en la que prima la solidaridad, la capacidad de superación y, sobre todo, las esperanzas y el buen humor.
Estos mismos rasgos, esperanzas en un contexto en el que se esperaría drama y buen humor para afrontar las adversidades, calor humano, en resumen, se reproducen en su última novela, Si d’aimer… aparecida en 2012. En este caso, el tema es distinto, pero también remite a una situación que podría ser pasto de la simplicidad y que, sin embargo, se desarrolla en un contexto tan complejo (y a veces tan incompresible), como lo es la vida real. En Si d’aimer…, Boum dibuja un entramado de relaciones personales entre personajes que en realidad parecen no tener nada en común.
Tratando de nuevo temas espinosos, en este caso el SIDA, la novelista camerunesa sustenta este mapa de relaciones sobre el amor y la amistad. Resulta sorprendente cómo una panorama desolador, puede llevar a la esperanza; cómo la condena más radical, puede, en realidad, abrir las puertas de una libertad desconocida. Ese es el efecto que consigue, esta autora. Y como hacía en Le Clan des femmes, Boum recurre a su experiencia personal. En su último libro esa relación entre las experiencias personales, los estudios antropológicos y la ficción novelada se han establecido como uno de los elementos fundamentales de la narrativa de Boum, al menos en lo que se refiere al estilo. En esta ocasión, ese bagaje de conocimientos de primera mano, sirven a la novelista camerunesa para dibujar lazos entre África y Francia. Esta capacidad para mostrar lo complejo, para no tener miedo a poner de manifiesto realidades incomprensibles y paradójicas le han valido la nominación al Prix Amadou Kourouma de 2013, aunque finalmente no haya resultado ganadora.
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[…] no es el único, la novelista camerunesa Hemley Boum, también ha usado los medios para denunciar el papel de los representantes políticos africanos. […]
[…] de superación y, sobre todo, las esperanzas y el buen humor. Tal y como recoge la publicación web Wiriko, lo hace con valentía y sin […]
[…] Hemley Boum, escritora camerunesa (Wiriko) […]
[…] Hemley Boum es una novelista camerunesa que huye de dibujar a las africanas como mujeres pasivas y destaca su solidaridad transmitiendo esperanza. […]
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