Maia Von Lekow: “La música es la raíz de todo lo que ocurre en África”
es una habitual de las noches de Nairobi. Sus directos cuentan con un sonido característico que fusiona jazz, blues, funk y diversos ritmos africanos. Si se atendiera sólo a los oídos podría decirse que no es un sonido natural del continente a primera escucha. Una observación que sin embargo no sienta muy bien a la cantante keniana.
“He pasado mucho tiempo fuera de Kenia, escuchando música occidental y nadie puede cambiar eso. De ahí que mis influencias estén presentes en Drift”, dice Maia Von Lekow en una entrevista concedida a Wiriko en Londres donde actuó por primera vez el pasado septiembre.
Su álbum debut, Drift (2013) -que ya hicimos sonar en una colaboración con el programa Sonideros de Radio 3-, es un revoltijo sonoro donde resalta el gusto musical de su madre, de nacionalidad italogermana, por el jazz. El álbum ratifica la mezcolanza sonora de Von Lekow en un trabajo que es una recopilación sus experiencias personales, una lección de autoaprendizaje y una vuelta a su Nairobi natal.
“Soy como una ensalada de frutas. Viniendo de dos culturas distintas no sabía dónde encajar pero di la vuelta a esa situación y ahora tomo inspiraciones de ambos lados, sin presiones ni estrés aunque siempre vendrá una cierta inseguridad de pertenencia”, dice la cantautora.
En ese viaje a la deriva la cantante ha conseguido encontrar un camino estable que tiene su epicentro en Nairobi a donde volvió en 2007. Allí redescubrió la ciudad de su niñez y los ecos de su padre, el músico Sal Davis. “Mi padre fue una figura inspiradora pero siempre estaba muy ocupado. Eso hizo que su imagen se magnificara para mí”, confiesa Von Lekow.
Drift sorprende en cada una de sus composiciones con ritmos diversos que se amoldan a las letras de la cantautora que fue calificada como una “camaleona” por el diario británico The Guardian.
Von Lekow ajusta su música a la intimidad de los espacios en los que suele actuar. Sin embargo, diversas apariciones en festivales africanos como Sauti za Busara, HIFA o el Rift Valley Festival han hecho que su música se difunda ágilmente. “Mi música no es tan bailable y con los festivales hay más presión ya que hay que hacer a la gente baile, que participe más”, dice la artista.
La escena musical de la capital keniana ha ido desarrollándose en los últimos años para generar más oportunidades entre los jóvenes artistas. Esa situación la celebra Von Lekow. “La apreciación por la música original era muy poca. El neocolonialismo hizo que se buscaran maneras de copiar a Occidente. Ahora se valora mucho más lo que se hace en África”, dice la cantautora quien confiesa seguir en un proceso de conocimiento de su lado keniano.
“Cuando llegué a Nairobi era un tiempo interesante ya que mucha gente fue a Kenia a buscar nuevas ideas, especialmente en la música. En la generación previa no había mucha confianza a la hora de ser músico”, explica la ganadora de dos Premios a mejor banda sonora de la Academia Africana de Cine.
“Olvidamos nuestra historia y sufrimos una desconexión con nuestras raíces culturales. Los jóvenes ahora nos damos cuentas que hay mucha riqueza en el patrimonio cultural de Kenia. Las nuevos músicos fusionan actualmente lo tradicional con lo moderno haciendo que el resultado sea muy emocionante”, dice la intérprete.
El desarrollo musical keniano da pistas del adelanto social que las nuevas generaciones deben poner en juego en el continente. Con canciones como “Move Over”, Von Lekow apuesta por el empoderamiento político de los jóvenes mientras que en su “Jikomboe” canta contra la violencia de género.
“La música es la raíz de todo lo que ocurre en África. Es una herramienta para el cambio. Un arma de poder que hace que sea un símbolo para el cambio”, dice la cantante que colaboró con ACNUR como asesora musical en un proyecto social del campo de refugiados de Dadaab.