La lente de Mutua Matheka, transformando la imagen de África
es uno de los fotógrafos contemporáneos con más renombre en el continente africano. Ilustrador y artista gráfico, es una mente creativa que desafía la imagen tradicional que ha sido proyectada de África para centrarse en la prosperidad de las capitales africanas como representación de un nuevo continente capaz de construir sus propias narrativas. Consciente de las posibilidades transformadoras de la tecnología e Internet, Mutua es uno de los fundadores de Kenya 365, una plataforma online donde los kenianos pueden subir fotografías de su cotidianidad. Y trabaja junto a otros talentos para transformar la imagen que los propios africanos tienen del continente.
«A los diez años decidí que quería ser arquitecto, pero no fue hasta mi último año de carrera que descubrí las posibilidades de exploración de la arquitectura a través de la fotografía. Así que dejé mi trabajo como arquitecto y diseñador de interiores y me lancé de cabeza a la fotografía urbana», dice mientras saborea un zumo de maracuyá en uno de los Java House de Nairobi.
A pesar de que Mutua empezó a explorar el mundo de la fotografía digital en 2009, solo hace dos años que se dedica profesionalmente a captar los paisajes urbanos, y en tan poco tiempo ya se ha posicionado, según algunos, como «el fotógrafo de Nairobi».
G: ¿Por qué crees que tus fotografías te han llevado a ser uno de los nombres más reconocidos entre los creativos africanos?
M.M.: Para ser sincero, no sé cómo he llegado a conseguir tanta fama en tan poco tiempo. Es algo que no esperaba en absoluto. Pero creo que hacer aquéllo que otros no se atreven a hacer, me ha puesto en el ojo de mira. La gente está pagando mucho dinero por mis fotos y creo que esto se debe a que representan el orgullo de ser keniano o nairobense… Pero quizá mi éxito solo haya sido una cuestión de suerte. En el libro Fueras de Serie: por qué unas personas tienen éxito y otras no, de Malcolm Gladwell, el autor explica que no somos producto de nosotros mismos sino de muchos otros factores que no podemos controlar. Nos cuenta que si Bill Gates o Steve Jobs hubieran nacido solamente tres años antes, no serían quienes son a día de hoy. Así que creo que, en mi caso, el éxito como artista también ha sido una cuestión de suerte.
G: ¿Cómo crees que tu trabajo puede contribuir a desestereotipar la imagen de Kenia o de África en general?
M.M.: Mi intención desde el principio ha sido esa: el cambiar las imágenes recurrentes de África. Lo peor es que esa imagen no es exclusiva de las fotos de los occidentales sino también de los fotógrafos del continente. Verás, yo soy de los que piensa que las transformaciones profundas se dan lentamente, pero también creo que tienen que empezar por un cambio psicológico. Mi principal objetivo es fotografiar de tal forma que los africanos crean en el poder de África. Estoy convencido de que si creemos en África, todo puede cambiar. Este es mi propio activismo. Algunos salen a las calles a protestar, yo tomo fotografías capaces de transformar la imagen que los africanos tenemos de nuestro hogar. Creo que si cambiamos la imagen que tenemos de nosotros mismos, si imaginamos nuestro potencial, podemos realmente transfromar las cosas. Mis fotos hacen que mucha gente se sienta orgullosa de su ciudad, las comparten en las redes sociales y eso demuestra que al menos el primer paso para ese cambio de mentalidad está produciéndose.
G: ¿Tiene algún sentido seguir hablando de artistas africanos como si fuera una categoría separada?
M. M.: Para mí no tiene sentido alguno decir que eres un artista africano. ¿No es suficiente con decir simplemente artista?
G: ¿Y qué significa para ti ser un artista?
M.M.: Mi definición de artista es alguien que busca la inspiración en el medio en el que se encuentra y hace o crea algo fuera de él. Sea en la forma de vestir, escribir, diseñar o fotografiar, un artista es aquél que expresa quién es a través de cualquier forma de creación.
G: Y a tí, ¿qué te inspira a crear?
M.M.: Me gustan los desafíos. Soy celoso y curioso, y creo que eso es justo lo que me empuja a crear. Ver lo que hacen otros artistas me inspira muchísimo. Recuerdo cuando creadores como el keniano Jim Chuchu empezaron a despuntar internacionalmente con cosas verdaderamente distintas. Algo en mí me decía «¡si él puede, yo también!». Eso te supone salir de tu zona de confort. Querer avanzar. No conformarte, porque un artista no debe temer a los límites. Debe ser atrevido. Arriesgado.
G: Me da la sensación que tienes un gran anhelo de crear nuevas realidades.
M.M: (Se ríe) La normalidad solo lleva a una cosa: el aburrimiento. Pero fuera de ese mundo, lo que es excitante es multiplicar las posibilidades de re-invención. Cuando no te dejas limitar por esa normalidad aburrida, eres capaz de crear lo que sea. ¡Lo que sea! Las limitaciones sólo me parecen interesantes por su posibilidad de hacerte crecer. Es como… Imagínate una planta. Cuando plantas una semilla en el suelo, automáticamente la tierra se convierte en enemiga, porque te empuja hacia abajo, pero es esencial porque te nutre para que crezcas. Así que las limitaciones te fuerzan a ser creativo. Sí. ¡Me declaro amante de las limitaciones, y enemigo del rendirme ante ellas!
G: ¿Y qué quieres provocar en el espectador cuando mira una de tus fotografías?
M.M: Quiero que la gente observe la imagen pero que vea algo más allá. Que la gente vea la belleza en lo mundano. Por ejemplo, imaginemos una fotografía de una escoba en la que nadie se dé cuenta de que es una escoba. Eso me excita, que la gente vea formas diferentes en las cosas más normales.
G: Creo que en este momento, Nairobi está experimentando un gran boom de creatividad. Cuéntanos un poco de qué se trata el grupo de fotógrafos, cinematógrafos, escritores y aventureros kenianos de OneTouch, del que formas parte.
M.M.: One Touch es primero de todo un grupo de quince amigos que compartimos una imagen positiva de África. Para que la fotografía keniana de un paso más allá, es imprescindible aprender y compartir en un ambiente creativo. En este grupo, cada cual aporta su propia imprenta. Al principio empezamos a realizar salidas para fotografiar diferentes puntos de Kenya una vez al mes. En fin de año de 2012 decidimos ir a la costa keniana y bajar hacia Tanzania. Hasta que la cosa se fue animando y empezamos a planear un viaje hacia Bujumbura que cristalizó en una exposición en Nairobi el pasado mes de noviembre. La motivación del proyecto es mostrar esa otra África. Pero además, la verdad es que la mayoría de africanos no conocemos mucho más allá de nuestras fronteras nacionales. Por ejemplo, la gente del proyecto fotográfico Invisible Borders, del que soy fan, estaban planeando un viaje a África del Este, pero anularon su turné por miedo a la violencia. Y yo me pregunté a mi mismo «¿África Occidental con miedo a África Oriental? ¡Pero si son ellos los que tienen conflictos bélicos!». Pero todo eso es fruto de la ignorancia. Así que nuestro trabajo se tiene que dirigir irremediablemente a los propios africanos, y hay que seguir viajando por África y captar esas realidades a través de nuestras cámaras para poder enseñar a los africanos la riqueza de nuestro continente.
G: ¿Considerarías One Touch como un proyecto panafricano?
M.M.: Completamente.
G: ¿Y cual es el próximo viaje?
M.M.: Río de Janeiro. Nos vamos al mundial de fútbol de Brasil. Mucha gente cree que estamos locos. Y puede ser que tengan razón, porque la idea es cruzar el continente en coche hasta Abiyán y trasladarnos en barco hacia, probablemente Buenos Aires, y de ahí conducir hacia Río.
G: Es broma, ¿no?
No. La idea es hacerlo en cuatro meses. Un mes dedicado a Sudamérica y el resto a África. Volver vía Port Elisabeth, en Sudáfrica, y conducir hasta Kenia. Seguimos trabajando en la parte financiera, pero creo que el proyecto va a salir adelante y que el resultado va a ser hermoso.
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Bravo Mutua. Kudos.