Nelida Karr, la nueva voz de Guinea Ecuatorial
2014 empezó con un nuevo nombre en la discografía de algunos de los más prestigiosos medios de comunicación relacionados con los sonidos africanos. El primer número de 2014 del The Africa Report citaba a Nelida Karr como una de las seis personas a seguir de cerca en el África Central. RFI la hizo finalista de los premios Découvert 2013. Y la edición de su segundo álbum Batobiera (2013) parece haber alcanzado un lugar privilegiado entre la nueva cantera de talentos emergentes de África.
Sin embargo, Nelida Karr, cantante, pianista, guitarrista y percusionista proviene de un pequeño trocito de tierra del que pocas noticias positivas nos llegan más allá de los miembros ecuatoguineanos en el exilio. Originaria de Guinea Ecuatorial, un país donde el 80% de la población vive con dos dólares al día, se enfrenta a una audiencia hispanoparlante reacia a reconocer el talento a los hermanos africanos, pero no menos, a un público guineano más propicio a celebrar los artistas de otros puntos del continente.
Pero el reconocimiento de Nelida Karr, quien publicara su álbum debut, Ewerawera, en 2010, se remonta ya al 2007, cuando con tan solo 16 años, el Centro Cultural Español de Malabo le otorgó el primer premio de la canción hispana. “Comencé a cantar en la iglesia y a los 12 años aprendí a tocar el piano. A los 15 mi madre me enseñó a tocar las tres primeras notas de la guitarra. Así me inscribí al festival de la canción hispana en Malabo a los 17 años y gané el primer premio. Pero mi carrera profesional comenzó al conocer a mi marido Elvis Bob, que también es el guitarrista de mi grupo y quien me ayudó y me dió un empuje. Con él mejore mucho en mi música”, nos confiesa la joven cantante.
Bebiendo de las diversas fuentes musicales del único país africano hispanoparlante, no es de extrañar que algunos sonidos venidos de España fueran una constante en su niñez. “Crecí en un ámbito musical, mi padre siempre escuchaba a cantantes españoles y latinos, como Alejandro Sanz o Gloria Estefan. En mis primeras composiciones todo ese bagaje era parte de mí”, reconoce la joven. “Al ser colonizados por españoles, algunas de esas costumbres, canciones, etc., forman parte de nosotros”, confiesa.
Pero más allá de la herencia cultural española, las raíces de la música de Nelida están en la Guinea Ecuatorial más africana. “Intento que en mi música se identifiquen todas las culturas que conforman mi país, en especial el sonido de mi propia etnia: la bubi. Tenemos ritmos como el katya, el kotto o el bonko que se pueden encontrar en mis canciones. En el primer álbum hay más influencias españolas/latinas cantadas en mi lengua materna, el bubi. Pero enmi último trabajo hay muchas más culturas guineanas a parte de la bubi: lafang, combe, annobones…”, nos dice la joven Karr. “Me siento identificada con todas ellas, porque en realidad, todos somos uno”, afirma reconociendo que todos los músicos de su país pueden ser considerados como embajadores, porque a veces, la parte puede representar al todo.
Sin embargo, Karr no solamente trabaja con músicos ecuatoguineanos y en la actualidad se rodea de músicos internacionales. Pero a ella le gusta subrayar el talento escondido de Guinea Ecuatorial y presume de uno de sus músicos, Alex Ikot, un virtuoso de la batería y responsable de una de las más excitantes mezclas del flamenco con estilos africanos tradicionales. De él Nelida dice que “es uno de los mejores baterias del mundo” y está decidida a que la acompañe durante sus citas para el 2014. “He estado en algunos festivales aquí en África Central y en Marruecos, pero en 2014 tenemos previstos varios conciertos internacionales, así como una gira en Colombia a mediados de año”.
No obstante, la carrera de fondo de Nelida y los primeros frutos internacionales tangibles no están exentos de dificultades y obstáculos. A la hora de llegar al mercado hispanoparlante, Nelida reconoce que es difícil porque el público español sigue sin estar abierto a lenguas que no conoce. “Solo el que tiene interés en las culturas africanas, y en las de Guinea en particular, le da una oportunidad a mi música”, dice. Pero no solo se trata de las barreras lingüísticas, ya que en Guinea mismo, el talento nacional no está valorado de la misma forma que otros artistas africanos. “Estamos más abiertos a la música de Nigeria. No se valora la buena música hecha en casa. De hecho mis canciones se venden más en Europa o América que en Guinea”.
Y es que la sombra de los gigantes congoleños, nigerianos y sudafricanos es, a veces, muy difícil de sortear en la industria musical africana. “Personalmente, en este momento hago música para el mundo entero desde mis raíces, para que todos puedan conocerla. Pero en mi país lo que la mayoría de la gente prefiere escuchar son estilos originarios de Nigeria o el Congo. Es algo que ha estado ahí siempre, pero yo creo que cada cosa tiene su tiempo. Guinea es un país muy pequeño, muy influenciable, pero en los últimos años hemos ganado popularidad, aunque sea solo por los recursos naturales como el petróleo”, dice la cantante mostrándose optimista hacia el futuro de este país africano dominado por la familia Obiang. “Nuestra cultura y talentos siguen ocultos, pero algún día se conocerán. Me utilizo como ejemplo. Ser finalista del RFI es algo que sucede por primera vez Guinea Ecuatorial. Esto demuestra que no hay marginación posible y que algún día, lo que Guinea añadirá al mundo con su música, será tenido en cuenta cuando se hable del arte de África”.
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