Poder femenino en las letras
La Uganda posterior a la independencia fue una auténtica explosión literaria. Fue para los autores un momento de entusiasmo y de sensación de estar colaborando en la construcción de algo importante a través de su producción literaria. Sin embargo, en ese panorama esperanzador faltaba algo. De hecho digamos que faltaba algo así como la mitad. Todas esas voces de la literatura de la independencia eran masculinas. La historia de la literatura ugandesa, sobre todo, de los años sesenta y setenta, es una historia escrita en masculino. Después de una turbulenta historia de graves tensiones políticas, de golpes de Estado contestados por otros golpes de Estado, de un periodo oscuro que sin duda no favorecía ni la libertad de expresión ni la libertad creativa, la década de los noventa llegó con un nuevo aliento de esperanza. La relativa estabilidad permitió un nuevo protagonismo de la literatura, pero esta vez con un cambio. Las mujeres, las autoras, las escritoras no estaban dispuestas a quedarse al margen. Así es como explica la creación de la organización FEMRITE, Goretti Kyomuhendo, una de sus fundadoras.
Kyomuhendo, una inquieta y prolífica escritora ugandesa cuyo nombre aparece en todas las iniciativas de toma de protagonismo cultural de la región, señala que en medio de una especie de debate renovador, algo así como una discusión de refundación de la sociedad ugandesa, emergió el sueño de las escritoras. Se estaba hablando sobre el papel de la sociedad civil, sobre la importancia de la educación y sobre el reto del movimiento femenino y las escritoras tenían mucho que decir. Así fue cómo surgió en 1996 FEMRITE, encabezada por un grupo de talentosas mujeres escritoras y, principalmente, por Mary Karooro Okurut, como la más carismática y visible. Okurut se convirtió en la cara más visible de la organización, no por ser necesariamente la “mejor” escritora, sino por combinar su producción literaria, con una dimensión teórica y otra de mujer política.
En todo caso, desde aquel momento, FEMRITE (Uganda Women Writers’ Association) se ha convertido una fuerza pujante y en una referencia para toda la región. Los objetivos de la organización pueden parecer evidentes y hasta sencillos y los señalan en su página web de manera clara: crear la atmósfera adecuada para que las mujeres puedan escribir, contar y publicar sus historias; todo ello para construir una plataforma mediante la que las mujeres puedan contribuir al desarrollo del país a través de la escritura creativa.
A pesar de lo evidente de esta voluntad, las impulsoras de FEMRITE no han escatimado creatividad para conseguir sus objetivos y han recorrido absolutamente todos los caminos posibles para colocarse en el lugar de protagonismo en el que se encuentran actualmente. Evidentemente la organización publica las historias creadas por mujeres y su catálogo es de lo más variado. No pierden la ocasión de editar antologías que dan oportunidades de mostrar su trabajo a escritoras poco conocidas. Entre sus logros, está el hecho de haber publicado el relato “Jambula Tree”, con el que Arach Monica de Nyeko ganó en 2007 el Caine Prize, el premio más importante de la literatura africana anglófona. Y ese es sólo el ejemplo más simbólico.
FEMRITE organiza también todo tipo de actos desde actividades de formación a lecturas conjuntas o el “club de escritoras”, pero también el hecho de que sus acciones se estructuran en programas temáticos. Desde su creación, la organización ha ido abordando aspectos concretos que son necesarios modificar para que las mujeres puedan conquistar su voz en la literatura, pero también para que esta voz sea una aportación inequívoca al desarrollo del país. Así, consiguen trenzar de una manera magistral ese objetivo de construir el clima adecuado para la producción literaria femenina con cuestiones concretas relacionadas con la salud, la educación o el buen gobierno.
Por último, uno de los proyectos más ambiciosos, espectaculares y atractivos de FEMRITE es la creación de una “Regional Women Writers Residence” con la que se pretende por ejemplo generar una espacio para que las mujeres puedan escribir, pero también promover un discurso sobre la literatura intercultural de las mujeres africanas, ya que se acoge a autoras de procedencias diversas, y evidentemente promocionar la literatura femenina y generar redes estratégicas en este sentido.
Si se hace evidente que FEMRITE ha explorado todos los caminos para conseguir sus objetivos, ocurre lo mismo con los medios. No es difícil acercarse a esta iniciativa una vez que se conoce, gracias a su página de Facebook y a su perfil de Twitter, por ejemplo. FEMRITE es sólo un ejemplo de que las escritoras ugandesas son emprendedoras, creativas e imaginativas. Un ejemplo, de la fuerza femenina y de cómo se pueden superar ciertos obstáculos con buena disposición y mucho trabajo.