Virunga, un parque, un documental
El director británico Orlando von Einsiedel es el responsable del documental Virunga, su primer largo, y que le sirvió para colarse entre los nominados de los OSCARS 2015. La película, que pudo verse en España en la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Medio Ambiental (FICMA), muestra la complejidad política, económica y social que rodea al Parque Nacional de Virunga en la República Democrática del Congo (RDC).
Virunga, producido con la ayuda de Leonardo DiCaprio, comienza con un entierro. El de Kasekera. Otro ranger más que se deja la vida para combatir a los cazadores furtivos. Otro más de los 130 agentes forestales que han muerto desde 1996 en el parque nacional más antiguo de África y conocido por sus gorilas.
En Virunga se refugia un cuarto de los 880 gorilas de montaña que quedan en el planeta. Ellos, también protagonistas del documental, “no son King Kong y su mirada puede cambiarte la vida”, describe el propio Orlando. Las fotografías de otro entierro, esta vez el de nueve gorilas de montaña abatidos en 2007, puso de manifiesto el peligro de esta especie que cuenta con un orfanato en Rumangabo, en el sector sur del parque. “Se deduce que sin gorilas no habrá razón para proteger el parque”, dice Andre Bauma, uno de los cuidadores del orfanato de gorilas de Rumangabo, al sur del parque.
Orlando von Einsiedel pensó estar en “Parque Jurásico” cuando visitó Virunga por primera vez. “Montañas de más de 5.000 metros, volcanes, una jungla que se extiende por miles de kilómetros, los gorilas”, explica el director cuya primigenia intención fue la de hacer un documental basado en el día a día de los rangers. “Lo que me llevó allí no fue la belleza natural sino que el parque se centra en las personas, en usar sus medios para traer desarrollo económico a sus pobladores”, dice von Einsiedel.
Y en esa rutina se encontraba SOCO International, una multinacional petrolífera del Reino Unido que había iniciado sus operaciones en el parque nacional en 2007.
“Están amenazando una parte de nuestro planeta que es única. El dinero está fomentando toda clase de intereses sospechosos que van desde grupos rebeldes a autoridades corruptas”, describe resignado von Einsiedel. Su idea original cambiaba de dirección y emprendía una investigación sobre las prácticas de SOCO en un espacio reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad desde 1979.
Con 300 horas de video y tras pasar casi un año viviendo en Virunga, von Einsiedel no dejó pasar la oportunidad de filmar en cubierto las prácticas corruptas de SOCO en el parque. “Los agentes forestales ya estaban investigando y nosotros pusimos la tecnología necesaria. Nadie sabía lo que estábamos grabando porque no queríamos poner en riesgo la vida de nadie. Pensaban que grabábamos documentales sobre los gorilas”, explica el director quien además contó con la ayuda de la periodista francesa Melanie Gouby para destapar las maniobras de la compañía británica.
Entre las evidencias del documental están las relaciones de la multinacional con altos cargos del ejército congolés, las intimidaciones recibidas por aquellos opositores a las prospecciones petrolíferas o las conexiones con el grupo rebelde M23 que por entonces ocupaba el flanco sur de Virunga.
“Vimos en el parque un reflejo de lo que lleva ocurriendo en el Congo durante más de cien años: intereses foráneos vienen al país y toman sus materias primas dejando desamparados a la población”, comenta von Einsiedel.
Hay un dicho que se ha convertido en credo entre los congoleses. “El país más rico del mundo con la gente más pobre”. La riqueza mineral, aquella que abastece a las empresas tecnológicas, se une a la sed de petróleo como pretextos para que Virunga se encuentre en peligro constante. Esta gema de la biodiversidad además se ha visto machacada por las secuelas del genocidio ruandés de 1994, los conflictos armados y la lucha de intereses. La cotidianidad del espacio natural va ligada a la amenaza de un ecosistema que sigue siendo “una de las esperanzas que la República Democrática del Congo tiene para el desarrollo económico y la estabilidad. Para conservar el parque hay que escuchar los problemas de las personas”, explica von Einsiedel.
Y para ello la figura del director del parque nacional es vital. Emmanuel De Merode, clave en la realización del documental, lleva en Virunga desde 2008 y ha tenido que sufrir las consecuencias de tan complejo cargo. Hace un año sobrevivió a un intento de asesinato en una emboscada tras presentar un informe sobre las operaciones de SOCO en el área. Ya restablecido, lucha por sacar adelante Virunga Alliance, un proyecto cuyo objetivo es crear 60.000 puestos de trabajo para 2025.
“Hay alrededor de 10.000 rebeldes en el área. Si se crea empleabilidad el porcentaje de que un joven tome un arma se reduce. Así es como se crea paz de manera permanente. No sólo son los animales lo que está en riesgo”, advierte von Einsiedel.
Pero el proyecto sigue amenazado por el capital occidental. Una vez finalizados los exámenes sísmicos, SOCO cesó sus operaciones en Virunga el pasado junio. Sin embargo, la petrolera espera a que el gobierno congolés desclasifique la zona en la que se pretende realizar la búsqueda de petróleo. De ser aprobada, la medida haría que el parque nacional perdiera su estatus de Patrimonio de la Humanidad y todos los esfuerzos por hacer de la región un lugar sostenible caerían en saco roto. “No creo en esta compañía. Si de verdad fueran claros en sus intenciones dirían categóricamente que no volverían incluso si los límites del parque cambian”, comenta reacio von Einsiedel.
En lugares como Virunga, muchas empresas hacen de la palabra desarrollo un dogma de fe. La construcción de carreteras, escuelas y centros sanitarios junto con el discurso sobre la empleabilidad seducen a muchos que se convierten a esta nueva religión recolonizadora.
“La opción de las multinacionales es rápida. Es dinero que sólo beneficia a gente que ya está en el poder. Hay que tener paciencia”, dice von Einsiedel. Pero la apuesta por la explotación sostenible de los recursos es un camino de largo recorrido a los que muchos no están dispuestos a emprender y menos cuando el dinero tienta.
“Las materias primas necesitan ser vendidas a occidente. El asunto es cómo hacerlo de la forma correcta, con vías que no sustenten la corrupción o amenacen a los Derechos Humanos. El petróleo no es eterno mientras que si se majea adecuadamente, el parque durará para siempre. Las compañías occidentales tienen que llegar a acuerdos de mercado que no son feroces con los países implicados”, puntualiza von Einsiedel.
Y mientras las personas, los agentes forestales, los gorilas y el resto de la fauna y flora de Virunga esperan con incertidumbre la decisión del gobierno congolés, el parque se hace más viejo y cumple 90 años.
Trackbacks y pingbacks
[…] de este militar recuerdan a las del director británico Orlando von Einsiedel quien dirigió Virunga, el documental homónimo sobre el parque nacional al este de RDC. “Vimos en el parque un reflejo […]
Los comentarios están desactivados.