Y, afortunadamente, Wainaina escribió sobre África
Binyavanga Wainaina es uno de esos autores que han sacado pecho a favor de un tratamiento justo del continente al que pertenece y por las explicaciones que ofrece, no se trata tanto de una cuestión de ideología doctrinaria, como de simple (y sana) justicia, un ejercicio de “honor a la verdad”. El escritor keniano ya mostró su compromiso, un compromiso fáctico con aquel How to write about Africa (algo así como ‘Cómo escribir sobre África’) y ahora da un paso más en Algún día escribiré sobre África, un relato autobiográfico con un título, en parte, engañoso, pero con un resultado valioso, muy valioso, por la capacidad que tiene la realidad para hacer saltar por los aires los estereotipos.
How to write about Africa supuso un éxito inesperado, según los editores de Algún día escribiré sobre África, fue el artículo más reenviado electrónicamente la historia de Granta, la revista en la que se publicó. Wainaina daba una receta para periodistas y escritores que quisieran desarrollar sus trabajos literarios en el continente negro. El autor keniata recomendaba los puntos que se debían tener en cuenta para que un relato africano resultase exitoso en Occidente. Los ingredientes incluían, por ejemplo, tratar África como un solo país porque el continente está poblado de “personas demasiado ocupadas por pasar hambre, morirse, guerrear o emigrar como para leer tu libro” y la realidad es demasiado compleja “y a tu lector no le preocupan todas esas cosas, sino tus descripciones románticas y evocadoras”. O incorporar en la foto de la portada fotos con “AK-47, costillas prominentes o pechos desnudos”, mejor que las fotos de africanos de clase media.
Otras de las recomendaciones hacían referencia a recordar que los “africanos llevan la música y el ritmo dentro” y que comen “cosas que no comería ningún otro humano”, obviando el arroz, la ternera o el trigo y mencionando que “el cerebro de mono es uno de los platos favoritos de la cocina africana, junto a la cabra, la serpiente, las lombrices, las larvas y todo tipo de carne de caza”. Al mismo tiempo, mencionaba algunos temas tabú en estos relatos africanos, como “las escenas de la vida cotidiana, el amor entre africanos (a no ser que esté relacionado con alguna muerte), las referencias a escritores o intelectuales africanos o las menciones a los niños que van al colegio y que no sufren ningún virus, ébola o mutilación genital femenina”.
Así, Wainaina iba desgranando irónicamente todos los tópicos de la imagen deformada de África que habitualmente ofrecen los medios de comunicación, la literatura o el cine. Lo curioso es que ese artículo fue la respuesta a las publicaciones de Granta en las que, según consideraba el autor, se reproducían estos estereotipos. Y el editor de la revista decidió publicarlo. Como se ha visto después, hizo gala de un muy buen ojo editorial.
El Algún día escribiré sobre África, que recientemente ha publicado la editorial Sexto Piso no reproduce exactamente el mismo esquema aunque la capacidad que tiene para desmantelar estereotipos es indudable y, en este caso, usando la realidad como el argumento más poderoso. Se trata de un relato autobiográfico, la historia de un joven keniano que crece en un entorno acomodado. El accidentado periplo del joven Binyavanga se va entrelazando con los acontecimientos políticos de la región desde la Uganda de Idi Amin, hasta las turbulentas elecciones de 2007 en Kenia, pasando por el final del Apartheid en Sudáfrica.
Lo que hace saltar por los aires todos los prejuicios es que la vida que cuenta Wainaina, su propia vida, contradice completamente la receta que irónicamente había detallado en su How to write about Africa. Es una historia que se desarrolla fundamentalmente en un África urbana, compuesta por un puzle de excesos, de fracasos, de desilusiones, de renovadas esperanzas, de buenas intenciones que nunca llegan a cumplirse porque se topan con la realidad, de desencantos, de nuevas ilusiones, de superación de obstáculos y de pequeños éxitos que se convierten en grandes victorias.
Uno de los ingredientes de la receta de Wainaina para escribir sobre África era que los personajes africanos fuesen “coloridos, exóticos y llenos de vida”, pero debían estar “vacíos interiormente, sin diálogos, sin conflictos o resoluciones en sus historias, sin profundidad y sin particularidades”. Pues bien, los protagonistas de Algún día escribiré sobre África, están llenos hasta los topes de contradicciones, de sentimientos y de remordimientos; tan pronto se dejan llevar por los instintos sin pensar en las consecuencias como protagonizan episodios de una impresionante grandeza cotidiana; reflexionan y discuten, en la misma medida que beben y bailan; tan pronto sientan las bases de un futuro fructífero como se dejan caer en la apatía.
Y en medio de este recorrido vital del joven Wainaina, el autor (y también protagonista), nos cuela discretamente un análisis mucho más profundo de lo que parece sobre asuntos más generales como las migraciones interafricanas, la convivencia entre las comunidades o los procesos de construcción nacional, así como los entresijos del tribalismo que siempre tenemos en la boca sin saber de qué hablamos.
Lo mejor, lo más interesante es que Wainaina ofrece, esta vez sí a diferencia de lo que hacen muchos otros autores, un retablo de un “África real”. Es evidente que el título puede parecer inadecuado (África no es un solo país y el autor lo sabe perfectamente), pero del discurso que hay bajo la historia se puede entender perfectamente que lo que el autor anhelaba era escribir sobre “una” de las áfricas, sobre “su” África, y, sobre todo, abrir la puerta a que sean los africanos quienes nos cuenten sus experiencias reales del África real.
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Otros recursos para saber un poco más
– El perfil de Twitter de Wainaina.
– Las primeras páginas de Algún día escribiré sobre África ofrecidas por la editorial SextoPiso
– Otros artículos sobre How to write about Africa, en el blog de Lola Huete, en el de la ONG DYES, de la mano de Chema Caballero, y en África no es un país.
– Otros artículos sobre Algún día escribiré sobre África, en Al Jazeera, en África no es un país, de la mano de Ángeles Jurado, y en Literafrica.
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[…] recientemente fallecido llamado… John Coetzee. Otra novela que también tiene nombre propio es Algún día escribiré sobre África donde un Binyavanga Wainaina, previo a hacer pública su homosexualidad, recuerda las palabras con […]
[…] de Kwani? (‘Y qué?’ en kiswahili), nació en 2003 bajo el impulso de su principal fundador, Binyavanga Wainaina, en clara oposición a la “vieja escuela literaria” del continente. Su principio, “apoyar […]
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